11/03/2010

YA NO SIGO SIENDO EL REY

Como si esa voz viniera de su conciencia, la escuchó sonora y clara: ¡Corruuupto! Miro a su costado para cerciorarse que sus gorilas guardaespaldas estén a su lado, buscó con su mirada diabólica y lanzó tremenda cachetada que hizo ver dólares MUC a la víctima. En el acto recordó la vez en que, de un soberano patadón, le hundió las nalgas a un menesteroso por el solo hecho de interponerse entre él y el amor de su vida: el flash de las cámaras. “Y agradece que he tomado la decisión de no patear más, para que ya no me llamen caballo loco”, dicen que dijo.
A través de estas líneas quiero pedir, implorar, exigir, al pueblo peruano, que comprenda la actitud de nuestro inmaculado presidente. “Errar es humano”, dijo un pato bajándose de una gallina. Recuerden que nuestro presidente es un obelisco a la paz, porque jamás ha estado implicado en un acto de barbarie. Las matanzas de los penales, Cayara y Bagua, son calumnias de los envidiosos que no soportan su progresiva e incesante obesidad.
En primer lugar ubiquémonos en el espacio – tiempo histórico (para usar la jerga olvidada por los compañeros). Cuando sonó el cachete del joven voluntario, estábamos saliendo de las odiosas elecciones municipales y regionales, con un Apra derrotado de manera vergonzante. ¿No creen que esta sea una buena razón para desquiciarse? Pónganse en el adiposo pellejo de nuestro presidente y nieguen que anduvieran con un humor perruno si es que su candidata a la alcaldía de Lima hubiera perdido. O si hubieran perdido un importante bastión que era la Región Piura. O si a un paso de la meta estuvieran a punto de perder Lambayeque. O si (esto si es para darse un tiro) hubieran perdido nuevamente la cuna, la casa, el colchón, del aprismo, osea Trujillo, y hubieran ganado con las justas la Presidencia Regional de La Libertad. Porque han ganado con las justas, sí, sí. Es tu última oportunidad, Pepito Murgia.
Aquí es donde quiero detenerme. La derrota de Trujillo y el triunfo pírrico de La Libertad significan un doble ultraje para el Apra, pues calcularon que con Alan en el poder, la recuperación del sillón municipal sería pan comido. (Las bífidas lenguas aseguran que ya habían enviado a fabricar un sillón más grande para el salado Salaverry, teniendo en cuenta que el sillón actual fue cortado de las patas veinte centímetros para que pueda sentarse nuestro actual alcalde). Y es que Trujillo se presentaba como el gran desafío para el hombre de la cachetada y sus seguidores. No soportan que un pigmeo personaje se ría en sus brillosos rostros y encima haya hecho llorar al soberbio. Porque no me van a venir con que quieren recuperar a Trujillo por la necesidad de hacer algo por la ciudad. No sean graciosos. Lo hacen por orgullo, por capricho, por vergüenza, porque es la tierra del “jefe”.
El golpe de Trujillo ha sido mayor porque el ganador salió a decir (lo cual es cierto) que no solo le ha ganado al candidato de la estrella sino a todos los congresistas que, en un acto de desesperación, aterrizaron por estos lares para empujar la campaña.
Y no se sorprendan si en estos días, el grandulón arremete a rodillazos contra cualquier mortal. Es que se viene ese otro dolor de mitra que son las pugnas para elegir a los representantes liberteños al parlamento. Estas cobran inusual importancia por las ansias de posicionarse para el 2016, en el que Alan amenaza con repetir el plato. La cosa va a estar fea pues hay varias facciones estrelladas, dentro del mal llamado partido del pueblo. Estas ya han demostrado que la fraternidad es descartable cuando de ganar las “internas” se trata. Además, recuerden que las democráticas elecciones internas del Apra son todo, menos democráticas. En primer lugar hay que tener una gruesa chequera para postular y en segundo lugar, resulta que, por acto de chamanería, los que pierden en Trujillo resultan ganando en Lima. Esto ya ha cansado a muchos compañeros quienes están pensando rebelarse contra la cúpula aprista, perdón, alanista. Trujillo será un hervidero. En Piura ya hay una magistral bronca entre Trelles Lara y Jhony Peralta, con amenaza de expulsión, incluida. Que se prepare la platea porque se vienen tiempos borrascosos donde a Alan, sin banda presidencial, recordará con nostalgia aquella canción que le hacía saber que seguía siendo el rey.
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Revista CARADURA Nº 05. Trujillo, octubre 2010.

UN PINTOR SILENCIOSO

JUAN TUME CHUNGA
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Lo esperé cerca de una hora en “El alto de la paloma” de Bernal. Esta conversación la habíamos pactado en Trujillo un año antes y se había postergado por múltiples razones. Días antes había preguntado a sus amigos y nadie daba razón de él. “Él no usa celular, no se moderniza”, me respondió uno de sus amigos al indagar por un medio que me permita ubicarlo. Cuando ya estaba por volver a mi casa, decepcionado pues me regresaba a Trujillo, lo vi descender de una mototaxi, con la misma imagen que lo conocí: camisa celeste manga larga y un gran sobre bajo el brazo.
Unas horas antes había estado en Sechura donde la parroquia regenta una pinacoteca atiborrada de cuadros de los mejores pintores piuranos. Ahí existen dos cuadros cubistas suyos, con imágenes de mujeres elaborando la chicha. “Esos son cuadros antiguos, ahora mis figuras son más simplificadas”, me dice a modo de explicación.
Juan Tume Chunga es un pintor que desarrolla su arte casi en silencio. Acostumbrados a verlo cotidianamente, estoy seguro que la mayoría de sus paisanos no saben que ese hombre pausado es un prestigioso pintor, un hombre que no sabe hacer otra cosa que ponerle color a sus sueños y al alma de su pueblo.
Hijo de José Tume Álvarez y Tomasa Chunga Ayala, nació el 26 de junio de 1946, en Bernal (Sechura, Piura). Lleva el arte en la sangre. De niño dibujaba, a carboncillo, retratos familiares. En la escuela creían que sus dibujos se los hacía su tío Eduardo Chunga, Chota, otro dibujante. “Era al revés”, me dice y se ríe. Cierta vez dibujó a su abuelo Manuel Chunga Loro. Cuando éste vio el dibujo creyó que el autor era Chota. Al enterarse que había sido Juan le dijo: “tú me vas a heredar”. “Yo pensé que me iba a regalar sus tierras”, suelta otra vez la risa. Pero no, su abuelo le confesó que él también pintaba. Cierto día se puso a rebuscar en un estante lleno de libros y encontró una carpeta con dibujos, perteneciente a su abuelo. “De ahí me viene la vocación”, me dice y sus ojos brillan con la luz de la gratitud.
Cuando terminó su secundaria le contó a su abuelo que había un concurso en la Escuela de Bellas Artes de Piura. El viejo ordenó que le dieran una buena propina para ir al concurso. Ocupó el primer puesto. Esto permitió que en 1960 empiece a estudiar, becado. Luego se trasladó a Lima para perfeccionarse. Su gran amigo, el pintor cataquense Félix Rebolledo lo presentó ante el director de la Escuela Superior de Bellas Artes de Lima, don Manuel Ugarte Eléspuru. Juan le mostró sus diplomas de primer puesto logrados en Piura y fue admitido. Me cuenta que Félix (quien después moriría asesinado por el ejército en El frontón) influyó para definir su estilo, pues pintaban juntos.
Empezó pintando costumbrismo. Su primer cuadro, siendo aún estudiante, fue la imagen del Señor de los Milagros para el Templo San Francisco de Asís, en 1962. Cuando adquirieron otra imagen, él pidió que donasen la suya a un templo que no la tenga. Hoy está en el Templo de Onza de Oro.
“La pintura manifiesta el carácter y el espíritu de cada pintor, define sus sentimientos, su manera de pensar. Todo se refleja, desde el dibujo hasta los colores”, me dice y entonces concluyo que Juan es un hombre alegre pues así lo demuestran sus pinturas, plenas de colorido. “Yo aprovecho el medio que me rodea para volcarlo en mis cuadros. Bernal está siempre en mi pintura”. Varias veces lo han querido llevar a otros sitios. Últimamente ha recibido la propuesta de sus amigos de República Dominicana. “Tú puedes venirte, eres soltero”, le dicen. “Un momentito, soy padre soltero, que es muy diferente”, responde él. Efectivamente, Juan tiene tres hijos y siete nietos, quienes viven en Puerto Pizarro. Aunque ninguno de sus hijos le ha seguido los pasos, tiene un nieto que pinta. “Pero aún estando en el extranjero pintaré motivos de mi Bernal. Es mi niñez, es mi vida”, dice con mucha convicción. Yo le creo, porque cuando indago por un cuadro que le tenga un cariño especial me dice que es un abstracto inspirado en la danza Los Garibaldis. “Fue una inspiración especial, ya no habrá otro momento igual”, suspira este admirador de Miguel Ángel, Rembrandt, Van Gogh, Guayasamín y Szyszlo.

“Yo te conocía como un pintor de retratos”, le confieso. Me cuenta que por mucho tiempo se dedicó solo a eso. Pero lo considera una pintura comercial. Debido a la gran demanda de retratos, ganaba mucho dinero, “cuatro veces más que el director de Bellas Artes”. Ahora reflexiona que eso estuvo mal porque como pintor se estancó un poco. “La pintura no me ha dado satisfacciones económicas sino espirituales, que es lo más importante”, sostiene. Hasta que un buen día se alejó del retrato y de sus amigos y se refugió en Bernal. Pensaban que se había dedicado a la agricultura, pero él seguía pintando. Aunque todavía hace retratos, lo suyo es pintar libremente.
Sus pinturas están desperdigadas por el Perú y el extranjero. Tiene cuadros en Alemania, España, Estados Unidos, etc., pero la mayoría están en Ecuador, país donde ha realizado exposiciones y pintado un tiempo. “En el Perú no se valora la pintura, en el extranjero es bien pagada”, me dice casi con amargura. Últimamente le han hecho un fuerte pedido de retratos para República Dominicana: 60 retratos al mes. Los hará en diez días para utilizar el resto de tiempo en crear. Recuerda que su primer cuadro que salió al extranjero fue a Alemania. Se lo encargó una señora. Ya estaba casi terminado aunque faltaban algunos retoques. Un día antes de que se cumpla el plazo para entregar el trabajo, se puso a tomar unos tragos. Bebía, pero se acordaba del cuadro. Al final se entregó por completo a la jarana. Llegó de noche a su casa y se fue a dormir. Todavía era de madrugada cuando despertó. Con mucha preocupación, decidió levantarse a terminar el cuadro y ver la forma rápida de secarlo. Fue hacia el cuadro y, con mucha sorpresa, lo encontró terminado e impecable. Su mamá, que lo había seguido, le dijo: “Loco, ¿no te acuerdas que anoche viniste borracho y te pusiste a pintar?”.
Y es que a Juan le gusta la bohemia, que aunque parezca mentira le ayuda a encontrar temas para su pintura. “Para pintar hay que meterse en el espíritu de la gente”, afirma. La bohemia le otorga un carácter festivo y le ha llevado a vivir una serie de experiencias, como aquella vez en un restaurante donde trabajaba una señorita de quien se sentía atraído. Estaba junto al alcalde de San Cristo y el gran pintor Engelberto Ramírez, también de San Cristo. En un momento de la reunión el alcalde preguntó: “¿Y cómo me demuestran que son buenos pintores?”. “Usted dirá”, contestó uno de ellos. “Oye Juan, yo veo que le haces muchos quecos a la flaca”, le lanzó el alcalde. “¿Cojudo y qué crees que yo voy a venir a invitarte por las puras?”, contestó él y soltaron las carcajadas. “Llama a la flaca y dile que los dos pintores estamos enamorados de ella, a ver qué dice”, planteó Juan. El alcalde llamó a la muchacha, narró lo acordado y, para sorpresa de los amigos, ella pidió que la dibujen para demostrar quién era el mejor. El jurado sería el alcalde. “Al que gana le voy a dar algo”, dijo ella, coquetamente. “Yo quiero un beso”, dijo el negro Ramírez. “Yo me contento con una sonrisa, porque después me vas a dar un beso y de repente me sigues hasta Bernal”, dijo Juan. Sentaron frente a ellos a la muchacha, Ramírez pidió un lápiz y Juan usó su lapicero, a sabiendas que no podía fallar. Al concluir, el alcalde dio por ganador a Juan. Pasó un rato y la muchacha no decía nada. “Oye, estoy esperando mi premio, ¿qué pasó?”, preguntó Juan. “No, mejor les voy a poner un piqueo”, contestó ella y los amigos rieron por la ocurrencia.
Actualmente Juan tiene un sueño. Como la mayoría de alumnos de Bellas Artes son del Bajo Piura, se va a unir con los pintores de Bernal para pedir una filial de esta escuela. Espera que las autoridades apoyen, pues nunca le han dado importancia a la pintura. Cuenta que cierta vez invitaron a pintores de Piura para una exposición y homenaje, en Bernal. Él pasaba de casualidad por el lugar del evento y se encontró con su amigo, el pintor Vise. “¿Que te has perdido?”, le soltó a manera de broma. “¿Qué, no te han invitado a esta actividad?”, retrucó Vise. “Yo no sé nada, no me han invitado”, respondió Juan. “¿Qué pasará? Para ellos no seré destacado, seguro”, cavila ahora, con nostalgia.
Por las noches Juan se acuesta y piensa en lo que va a plasmar en el lienzo. Al siguiente día hace trazos, mancha y pinta. Usa la espátula para casi todos sus cuadros. Ha dejado el pincel, salvo para algún retrato. ¿Por qué?, hago la pregunta y luego me arrepiento. Él me responde que la espátula le da una carga especial al cuadro, le otorga la gama. Esa gama que hace de Juan un pintor extraordinario. Esa gama de colores que dejo fulgurando en su pequeña casa-dormitorio-taller y me convencen de que es hora que Bernal lo valore en su real dimensión y le rinda el homenaje que le debe… que te debemos, estimado Juan.
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Revista AMANECER BERNALENSE Nº 11. Setiembre, 2010.

AGARRA ESA FLOR... O PAPA CALIENTE

“Cualquiera que gane, todos vamos a perder”, suelta a cada momento Beto Barriga, poeta adolescente que miércoles a miércoles se desahoga en el Chaska. Y se lo repite como para estar seguro de sus palabras. A tal punto nos han llevado nuestras autoridades que, para muchos, las elecciones son una lisura. Sin embargo, cada elección abre un resquicio de esperanza entre mucha gente, aunque luego nos cojudeen olímpicamente.
Para no desentonar, vamos a encargar a nuestros futuros gobernantes liberteños poner el ojo y el corazón en cinco temas urgentes para la ciudad de la eterna balacera. Si los resuelvan se ganarán el título de hijos ilustres de la ciudad, de lo contrario seguirán siendo considerados hijos de la gran… ciudad caótica. Al grano, paisano:
- Seguridad Ciudadana: parece que el Ministerio del Interior se ha tomado a pecho su nombre y no mira al exterior de su edificio. Pero eso no quita la responsabilidad del Presidente Regional y los alcaldes, quienes deben coordinar acciones para derrotar los niveles de violencia que ya superan a los de la época de la subversión. Yo, ciudadano común y silvestre, me pregunto, ¿no podrán, las autoridades, diseñar un plan conjunto con el Ministerio del Interior para que Policía y Serenazgo hagan un mapeo de las zonas rojas y se golpee contundentemente a los delincuentes? ¿O acaso no saben que el delincuente actúa donde lo dejan actuar? Señores, hay que hacer algo antes que Trujillo sea tierra de nadie. Empiecen clausurando los bares de mala muerte donde se diseñan los atracos (ustedes saben dónde quedan) y de una vez por todas desalojen los grandes centros de receptación de bienes robados. ¿Tan difícil es?
- Corrupción: parece que esta palabrota ya se está convirtiendo en una inocente e inofensiva palabrita. Entonces es urgente ir en serio contra esta lacra. Por ejemplo, uno de los casos de corrupción (que pasa piola) es la excesiva contratación de personal para una misma oficina estatal. Se da el caso que en una misma área hay veinte zánganos, cada quien encargado de oler los documentos que presentan los ciudadanos, ponerles un sello y pasarlos al compañero de al lado. Esto lleva a la corrupción más típica de los tiempos del chat y del Apra: pásate para la gaseosa y te acelero tu trámite. Con una simplificación administrativa se aliviaría tantos dolores de cabeza a los sufridos ciudadanos.
- Transporte: como gran urbe, Trujillo sufre los estragos de una mala planificación en el transporte. Rutas saturadas, embotellamientos ya no solo en horas punta, crecimiento indiscriminado de empresas de taxi, vehículos obsoletos, así lo demuestran. Lo máximo que ha hecho la Municipalidad es situar supervisores en las esquinas para identificar faltas a la normatividad del transporte. En algo están ayudando, pero más que eso se necesita un nuevo diseño de rutas y paraderos. Si se ordena el tránsito, la ciudad será más atractiva y hasta los mismos transportistas desarrollarían un mejor trabajo. Entonces esos malos policías que te paran y te dicen “ya no bailo con Grupo 5, sino con Armonía 10”, serían enviados a perseguir choros.
- Contaminación Ambiental: la explosión demográfica conlleva a una mayor contaminación. Es preocupante el nivel de contaminación que silenciosamente está mellando la salud de las personas. Gases tóxicos, toneladas de basura, olores nauseabundos, mercados rodeados de desechos, ruidos excesivos, resultan una bomba de tiempo. Aparte de hacer de este problema una potencialidad económica (reciclado), se requiere de un plan de concientización a la población con medidas efectivas como, por ejemplo, prohibir la circulación de vehículos altamente contaminantes o incentivar a las familias que mantienen mejor cuidada su urbanización y a las empresas que están disminuyendo su nivel de arrojo de desechos.
- Cultura: cultura no solo es el pituco concurso de marinera ni la frívola fiesta del perol o los caballos de paso al que solo tienen acceso los ex pantorrilludos de Trujillo. Está claro que las autoridades se desviven en apoyo a estas actividades porque son parte del círculo. ¿Que hay de la música, la pintura, el teatro, la literatura? Nancy que Bertha. Debemos hacer gestiones ante la Real Academia para considerar a la palabra autoridad como sinónimo de oscurantismo. Ya han demostrado hasta dónde pueden llegar, siendo capaces de lapidar uno de nuestros íconos culturales: la Feria del Libro de Trujillo. Amadísimas autoridades, vayan a Huamachuco y pregunten al alcalde cómo hace para organizar a los artistas de toda laya en una asociación y brindarles un presupuesto para su trabajo. Pregúntenle qué tipo de brujería practica para tener un fondo editorial que publica libros de escritores huamachuquinos. Por si no se han dado cuenta, promoviendo cultura derrotaremos los problemas de seguridad ciudadana, transporte, contaminación ambiental y corrupción.
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Revista CARADURA Nº 04. Trujillo, setiembre 2010.

HISTORIA DE UN DESDICHADO

“Es raro que esta denuncia salga luego de mi elección como candidato”, dijo indignado. Acusó a su chato contendor, pero en sus ojos se podía leer “esto puede venir de mis propios compañeros, ¡qué desdicha!”. No podía creer que su imagen de niño bueno (de grandulón con voz de pollito) se haga trizas, luego de que un canal de televisión emitiera un reportaje donde les niega a los pobres el celebérrimo derecho a defecar. Se le acusa de haber construido casas sin baño. Seguramente pensó: “¿si los pobres no comen, qué van a evacuar?”.
“He construido bien los 1, 611 módulos del programa Sitio Propio”, espetó con su voz de pito, y todos quedamos estupefactos de su gran suerte para hacerse de las obras estatales. Nos entró la sospecha de que esto es consecuencia de ser aprista, regidor y candidato a la alcaldía por la estrella; pero inmediatamente desechamos esto porque los apristas jamás han hecho uso de su carnet para succionar la teta estatal. (No se carcajeen, señores). Incluso hay que dudar de la denuncia de un ciudadano: “Para inscribir una entidad técnica teníamos que pasar por su mano, con lo cual demostraba que él era el filtro político del Fondo Mi Vivienda en Trujillo”. La desdicha es mayor pues sus propios compañeros afirman que es el que más se ha beneficiado a través de sus empresas con la construcción de casas para el Estado.
El golpe de las casas sin baño fue similar a la denuncia que hizo un regidor acusándolo de haberse beneficiado con un crédito de 1 millón 470 mil dólares, de la Caja Municipal de Trujillo, que no se rigió a las políticas crediticias. Nuevamente la desgracia tocó su puerta, cuando sus propios compañeros le acusaron de mantener un silencio cómplice o criticas leves a la gestión acuñista. “Todo por el roche del préstamo”, sostienen.
Otro de sus infortunios es haber anunciado su renuncia al APRA. La razón: iba a ser sometido a disciplina después de tildar de desleal a Luis Alva Castro por recibir una distinción de Acuña, quien constantemente acusa a los apristas de "delincuentes y corruptos". (¡A más calumnias, más aprismo!). Inmediatamente salieron sus compañeros a acusarlo de haberse aprovechado de su estrella para hacer buenos negocios con el Estado y usar una escopeta de dos cañones, pues votó a favor de la medalla para la vaquillona sagrada. Lo que más le duele es que digan que nunca fue compañero, y que pregunten cómo se hizo regidor de la estrella si no se encontraba inscrito en el PAP. Lo que sus compañeros no imaginaron es que luego del berrinche de la renuncia ahora sea el candidato del Apra. Que solo renunció a su activismo y no a su militancia, dicen que explicó, con voz aflautada.
Como verán, la desventura se la han provocado sus propios compañeros. ¿Perdonará esto? Creo que sí. Si hasta perdonó que un regidor acuñista le haya reprochado que solo asiste dos o tres horas a la semana a la municipalidad, a las sesiones de concejo, para cobrar su dieta. ¡Qué tal Sala… verry, víctima de su propia estrella!
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Revista CARADURA Nº 02. Trujillo, julio 2010.