2/07/2010

LOS "MAESTROS TAXI"

Aún existe la idea que el maestro de colegio privado está en mejor situación económica que los de colegio nacional. Esto era antes. Ahora la situación es al revés.
Si un maestro de colegio privado está en mejor situación es porque, o trabaja en un colegio que realmente le paga lo que vale o ejerce la ajetreada tarea de maestro-taxi, como le llaman en Colombia o Argentina a aquel maestro que sale corriendo de un colegio para ir a otro que le permita juntar una remuneración digna. Se da el caso de profesores que trabajan hasta en cuatro colegios para “vivir” dignamente.
Esto nos lleva a la conclusión que los maestros de colegios privados (salvo escasas excepciones) son mal pagados, con el plus de tener el trabajo más inseguro del mundo, pues dependen de la suprema voluntad de los directores y promotores de estos colegios.
Pruebas al canto: los docentes de colegios nacionales ganan, como mínimo, entre 1020 y 1100 soles. Los docentes de colegios privados ganan muchísimo menos por las mismas 24 horas que se trabaja en colegios nacionales (secundaria). La mayoría de colegios privados (incluso algunos de “prestigio”) pagan entre 8 y 10 soles la hora. (Hay otros colegios “de mala muerte” que pagan menos que eso). En el caso de los colegios que pagan 8 soles la hora, por 24 horas remuneran 768 soles. De esa cantidad descuentan lo que manda la ley y queda una bicoca, una miseria. Los colegios que pagan 10 soles la hora, pagan 960 soles por 24 horas, con los descuentos de ley se recorta. Es decir, ni con estas cantidades que pagan la mayoría de colegios privados de Trujillo, alcanzan a pagar lo que gana un colegio nacional. ¿Ustedes creen que con estas miserias los docentes de esos colegios van a tener la competitividad que se requiere en colegios donde los padres pagan pensiones exorbitantes para que sus hijos tengan profesores de calidad?
Lo ideal sería que estos profesores trabajen en un solo colegio que les pague bien. Esto tendrá consecuencias revolucionarias para la educación. ¿Por qué? Porque el profesor sólo se dedicará a un solo colegio, en un solo turno. Tendrá tiempo suficiente para preparar mejor sus clases, hacerlas más innovadoras. Tendrá tiempo para leer, estudiar, autocapacitarse. De paso tendrá el dinero suficiente para comprar libros, matricularse en cursos de actualización. Y lo que es más importante: vivirá con dignidad, sin el estrés de andar pensando que su sueldo no le alcanza para nada.
Este es un tema que debe resolverse. Las autoridades deben garantizar los mínimos derechos laborales de este importante sector de trabajadores. Los docentes deben organizarse y los padres, exigir buen trato a los formadores de sus hijos.

Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 24/02/10)

HAROLD Y LA REVISTA

Estaba tomando unas cervezas con mi gran amigo Ricardo Ayllón, en la IV Feria del Libro de Trujillo, cuando lo vi llegar junto a un enigmático, divertido y pelucón personaje. A leguas se notaban sus signos de amistosa resaca. Vinieron las presentaciones del caso y por fin pude conocer y estrechar la mano de este buen amigo a quien había conocido sin conocerlo, sólo leyendo su buena poesía. Me refiero al incomparable, al único, al superbacán, al viejo con alma de niño, Harol Alva Viale, que tiene la particularidad de ser bueno, por el simple hecho de ser piurano. El enigmático personaje que lo acompañaba (me enteré después) era su amigo, compañero de tours nocturnos y paño de lágrimas, Willy del Pozo, más conocido en el mundillo editorial-bohemio como “Zorro Huamanguino”. Lo curioso fue que en los días que quedaban de Feria nos dedicamos a charlar, bromear, refrescar la garganta como si nos conociéramos de toda la vida. Ya cuando se regresaban a Lima, en un acto de suprema y arriesgada confianza, Willy decidió dejarme más de tres mil libros de su sello editorial. “Los dejamos en buenas manos, manos piuranas, después arreglamos”, fueron las palabras de Harold.
Harold es de esos amigos a los que siempre andamos buscando para conversar, trabajar, hacer proyectos, soñar y, por supuesto, tomarse unas cervezas mirando el horizonte. Y es que desde que nos conocimos hemos empezado a caminar juntos por esta estrecha vía que significa hacer lectores en nuestro Perú. Desde aquella feria empezamos a cultivar una amistad que nos ha llevado a ser parte del prestigioso sello Altazor; a volver (después de muchos años él) a nuestra cálida tierra piurana, con motivo de la presentación de mi segundo libro; a conocer muchos de sus amigos escritores (cuando bebe me llama desde Lima para presentármelos por celular); a que me presente en la Feria del Libro Ricardo Palma, en la revuelta Lima; a que me hable de aquella fabulosa tierra, Cañaveral, donde pasó una infancia feliz y que ahora añora, como se añora a las lejanas cosas que más queremos; a que me confíe sus tristezas y alegrías, como esa buena noticia de que este año (¡por fin!) se casa.
Pero lo que me sorprende es esa capacidad para crear versos, como quien lanza besos volados a hembras imaginarias. Harold convierte en poesía hasta el más burdo de los palabreos callejeros. La poesía no lo suelta ni cuando tiene que hacer paréntesis a su ajetreada vida para prepararle parrilladas a Mary, su flamante y guapísima novia. Es decir, es un mortal que suda poesía.
Mañana viene para presentarnos uno de sus más caros sueños que anduvo rondando en su cabeza desde cuando era universitario: la revista política y cultural CONTRAPODER, que será lanzada al Perú en la Casa de la Emancipación, testigo de grandes hechos como éste. Después de un tiempo lo veré nuevamente y estoy seguro que nos lanzará unos cuantos versos y su buena poesía se alojará en los agitados, desconsolados, sufrientes y esperanzados corazones de sus amigos. Bienvenido, Harold, a esta ciudad que te acoge a través de nosotros, tus francos amigos.
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Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 05/02/10)