3/30/2010

EL ROBO DEL SIGLO

Pobre de ti, Félix Jesús Luciano Cuenca, que ejecutaste el robo de dos millones de soles de un camión de la empresa Hermes. Pobre de ti. Ahora serás la víctima de un sistema penitenciario que castiga severamente a quienes osan atentar contra los poderosos. Tu acción es condenable, porque robar es un delito y una inmoralidad, pero yo sí siento pena por ti y por tu familia.
Siento pena por ti porque el dinero era de los bancos y Bertolt Brecht se preguntaba, ¿quién es más ladrón, el que asalta el banco o el que lo funda? Sí, era el dinero de esos bancos que prestan dinero a los pobres, cobran los intereses que les da la gana y si no pagas te arrebatan tus bienes. Son los bancos que reciben dinero y pagan míseros intereses.
Siento pena por ti y no por la empresa a la que le robaste el dinero, porque ella no perdía nada, pues ese dinero estaba asegurado. En cambio tu vida no estaba asegurada y si alguna bala se cruzaba en tu camino, mala suerte, con una propina a tu familia y una corona de flores era suficiente. Ese dinero estaba asegurado, la felicidad de tu familia, no.
Siento pena por ti, porque seguro los millonarios están presionando para que te den 20 años de cárcel, porque en el Perú, si un pobre roba se va a Lurigancho por muchos años, si un rico roba no le pasa nada o se va cumplir condena en su casa, y si el escándalo es mayúsculo se le envía a una cárcel dorada donde pasa unos añitos y luego sale a disfrutar de sus millones.
Siento pena por ti, porque no eres Fujimori, ni Montesinos, ni Rómulo León Alegría, ni otro politiquero de turno, para que la justicie te premie por robar millones. No eres un mafioso empresario de televisión para que el Presidente te indulte y te perdone el pago millonario por reparación civil. Tampoco eres de esos Alcaldes ladrones a los que nunca les pasa nada.
Siento pena por ti porque seguro por tu mente pasó la idea de que nunca ibas a tener ese dinero en tus manos y que tu familia jamás iba a tener las comodidades de los millonarios. Seguro estabas cansado de que la empresa Hermes te siga debiendo tu mísero sueldo.
Ya se recuperó el dinero, pero eso no es suficiente para aplacar la ira de los poderosos. Es importante el escarmiento que advierta que con ellos no se puede chocar. Seguramente la señora que dio aviso sobre el dinero también hubiera deseado que ese dinero fuera suyo para mitigar su miseria, pero más pesó el miedo a la justicia peruana que primero apresa y luego investiga.
Seguro ya te habrás enterado cómo ha demorado tanto el conteo del dinero recuperado. Mientras los policías, fiscales y empleados contaban los millones, en el Perú, tres niños morían de hambre, muchos morían por falta de dinero para medicinas, miles de padres tomaban la determinación de no enviar a sus hijos al colegio porque no tienen ni para comer. Félix Jesús, te llegó tu hora. Vas a estar muchos años en la sombra. Vas a pagar muy caro tu osadía. Pero recuerda que ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón.
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Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 28/03/10)

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