6/10/2009

ADIÓS A LOS VERDADEROS DUEÑOS DEL PERÚ

Valerosos hermanos de esa selva eterna; hablarles desde un escritorio, tecleando en una moderna máquina me es incómodo. Siento una fuerte indignación expresada en mis puños cerrados por la rabia contenida.
Indignación porque acá en la costa a muchas personas no les duelen sus luchas ni sus muertes. Porque aún no hemos derrotado ese abismo entre la costa centralista y la sierra y selva abandonadas históricamente.
Indignación porque este gobierno ha demostrado nuevamente que es enemigo del Perú verdadero. Porque el sujeto que lo dirige manifiesta que ustedes no son ciudadanos de primera clase. Los trata como salvajes y terroristas. ¿Quién es más salvaje y terrorista?
Indignación porque Alan acaba de mancharse nuevamente las manos con sangre, y de la manera más impune. Y lo peor que ni siquiera muestra remordimiento, lo que confirma su “vocación de carnicero”, como lo caracterizó un periodista.
Porque en las bocas de los poderosos se ha prostituido la palabra democracia y solo la usan para perpetuarse en la corrupción. Olvidan – adrede – que la verdadera democracia es aquella que trasluce la voz del pueblo y que cuando éste se une para exigir sus derechos no está “atentando contra la democracia y la imagen del Perú”, como ellos dicen. Ese el pretexto para liquidar las justas demandas y entregar nuestros recursos a los que explotan, roban, destruyen, contaminan y no pagan los impuestos que deben pagar.
Indignación por el innombrable Yehude a quien le han hecho creer que va a ser el candidato del APRA y, encima, que va a ganar. Pobrecito. Indignación porque alguna vez lo consideraste uno de los tuyos y hoy está lustrándole las botas a sus patrones de la derecha más genocida, lanzando al fango su aparente humanismo.
Porque todavía hay una prensa que quiere tapar el sol con sus negras uñas y pretenden hacer creer que esos otros hermanos, los policías, constituyen el mayor número de muertos. No saben que la verdad ya se está abriendo paso y se está comprobando que lo de la “Curva del diablo” es el mayor genocidio de los últimos tiempos. Los nativos han muerto, quizá, por centenares y a la mayoría los están ocultando quemándolos y lanzándolos al río.
Indignación porque – paradógicamente – el día del medio ambiente se asesinó a los mejores defensores de la naturaleza. A aquellos que aman la tierra, los árboles, los pájaros y los ríos.
Solo me queda expresarles mi esperanza de que vendrán tiempos en los que ustedes se sentarán a hablarles a los árboles con libertad. Ya no habrán carniceros y ustedes despertarán plenos de vida, en una tierra que será suya para siempre.

Diario CORREO. Columna "ESTA BOCA ES MÍA". (Trujillo, 10/06/09)

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