8/05/2009

SOLO EXIGIMOS DIGNIDAD

En mi columna anterior hablé de un amigo profesor que (junto a cientos de profesores) viene trabajando desde el mes de marzo en un colegio estatal trujillano y hasta ahora no le pagan. Según me cuenta la situación es muy crítica y ahora solo les queda aguardar la promesa de que a fin de mes se les haga efectivo sus sueldos. Y esto por la presión ejercida, pues amenazaron con irse a una huelga de hambre, de lo contrario confirmarían el mote que le han puesto a Murgia: “Carrusel”, porque “sólo se mueve para pasear a la gente”.
La verdad que es increíble la situación de estos colegas maestros que tienen la desgracia de trabajar para el ineficiente, burocrático e insensible Estado Peruano. Esto sólo ocurre en el Perú de Alan García. Hay que organizarse y luchar para conseguir justicia. Y si luchas te acusan de terrorista, de “chavista” o de “atentar contra la democracia”.
Aunque esto no debe extrañarnos, porque toda esta ilegalidad está en la línea del APRA, de catalogar al maestro como el profesional más indigno del Perú. Eso de “comechados” cobra una lógica en sus corruptas mentes, pues al único profesional al que se le hace sentir como un mendigo, respecto a su sueldo, es al maestro. Vuelvo a plantear que nunca se le ha visto a un ministro o a un congresista haciendo huelga de hambre para exigir que le paguen su sueldo.
Esta situación sulfura por las implicancias económicas y morales que sufren los maestros. Acaso se han preguntado Alan, Murgia y Rebaza, ¿cómo harán estos maestros para darle de comer a sus hijos?, ¿qué maravillas harán para educarlos?, ¿les puedo exigir que se capaciten y se compren libros si no tienen ni para sus pasajes?, ¿yo podría vivir sin sueldo cinco meses?, ¿para qué sirve el Ministerio de Trabajo?, ¿por qué ese favoritismo de pagar a algunos y a otros no?
Lo que también indigna es el comportamiento de la facción más desaprobada del SUTEP (léase, facción de Gilberto Meza) que, como dirigencia provincial, debió ponerse a la cabeza de la lucha desde un principio y no lo hizo, seguramente porque primó su pensamiento sectario. Recién cuando ha visto que la lucha está dando resultados ha aparecido (como es su costumbre) con sus cinco eternos dirigentes. Loable ha sido el comportamiento del dirigente Brander Alayo. También impacienta el comportamiento poco fraterno de algunos maestros que, como ellos si han cobrado, no se solidarizan con sus compañeros.
Señores del gobierno, basta de esta sistemática campaña de atropello al maestro. Si no son capaces de pagar ni mil soles, no mientan con eso de que con la nueva ley de Carrera Pública Magisterial los maestros van a ganar hasta cinco veces más. Queridos colegas maestros, ya no exijamos sueldos, exijamos DIGNIDAD.

Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 05/08/09)

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