12/24/2009

LA NAVIDAD DE AMBROSIO

Ayer, ese señor blanquiñoso y con la cara poblada de manchas volvió, después de mucho tiempo, al barrio. Llegó en una camioneta llena de regalitos para los niños. Al pasar frente a mi choza me lanzó una sonrisa y me dijo ¡Feliz Navidad! Lo quedé mirando y no supe si sonreír o llorar. Mejor me metí a casa, agarré mi viejo libro de Heraud y me lancé a la calle para ver pasar las horas y alejarme fugazmente de mi propia miseria. Feliz navidad, feliz navidad, todos lo repiten como parte del festín donde no están invitados los pobres del mundo. Pobres que, como yo, jamás han sonreído frente a una cena navideña. ¿Y por qué? Porque las navidades del Jesús humilde han desaparecido para dar paso a las navidades de ese viejo gordo, hijo de la Coca-Cola, al que llaman Papá Noel. Este amado y odiado personaje que carga costales de regalos que salen de las tiendas de los ricos y que nuestros hijos miran detrás de los escaparates, suspirando y dejando huir una lágrima, porque saben que nunca los tendrán en sus manos.
¿Por qué la navidad se aleja cada año de nosotros los desposeídos? ¿O es que acaso las navidades se inventaron para reafirmar que en el reino terrenal son bienaventurados los pocos y desgraciados los muchos? Me dirás que en Navidad se despierta el espíritu solidario. No estoy muy convencido. Unos cuantos hijos de los pobres reciben, por este tiempo, un poco de chocolate, un bizcocho y un triste juguetito, de las manos de aquellos que quieren enjuagar sus culpas, de aquellos que explotan, excluyen, desprecian un año entero y limpian sus conciencias en un santiamén. Hay excepciones, claro. Muy pocas, muy pocas.
Los que nos damos cuenta de la realidad ya no sentimos mucho dolor, es que la cosa ya la tenemos clara porque, aunque no me creas, Gordo, yo sí he estudiado. Estuve estudiando dos ciclos de Educación en La Normal, pero tuve que retirarme pues el hambre se paseaba por mi sala. Quizá por eso mi padre me llamó Ambrosio.
Cómo me gustaría que dejen de hacer de la navidad un día comercial. Quizá ese día los ricos dejarían de celebrarla. Cómo quisiera que las navidades retomen su verdadero espíritu y que las mineras, los políticos, las empresas, sepan que el hambre de los niños de los pueblos jóvenes no solo llega en Navidad. Me gustaría que en los intercambios de regalos se obsequien libros para hacer un mundo más humano. Me gustaría tener una Navidad sin políticos ladrones, de esos cuyos hijos nunca formarán una inmensa cola para recibir las migajas de diciembre. Cómo quisiera tener un fajito de billetes para ver a mi hijo montado en su soñada bicicleta, con los cabellos alborotados, sonriéndole al mundo.
Por eso prefiero estar acá, en Poesía de miércoles, porque sólo Heraud y la poesía me han salvado la vida. Mientras tanto dame el vaso o como dicen en mi tierra “suelta el anda que todos somos devotos”.
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Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 23/12/09)

12/16/2009

QUE NO SEA "PAN CON LIBERTAD"

Duele vivir en estos tiempos en las que un Presidente de la República se da el lujo de indultar a un delincuente como José Enrique Crousillat, por “razones humanitarias”, pero mantiene en celdas antihumanas a presos políticos; en estos tiempos en las que un Presidente del Congreso “apoya” conciertos con dinero de todos los peruanos y después, creyéndonos idiotas, dice que había solicitado que ese dinero se lo descuenten de su alicaído sueldo, encima en una carta no formal. Pero más duele que los peruanos nos callemos. En otros países (Ecuador para no ir muy lejos) hace rato hubieran botado a patadas a estos sinvergüenzas. En países como el nuestro los delincuentes, disfrazados de políticos, existen porque el pueblo se los permite.
Duele vivir en un Perú donde todavía hay gente que quiere la vuelta de un delincuente como Fujimori, reencarnado en aquella gordita que prefirió el sucio dinero de su padre, antes que el amor de su madre. Duele que en las encuestas aparezca esta cómplice de la más putrefacta gestión estatal de los últimos tiempos; una señora que, junto a sus hermanos, estudió en Universidades Norteamericanas “con el pobre sueldito de su padre”.
Pero, como no hay mal que dure cien años, todavía, tercos como somos, nos queda la esperanza de salvarnos de la ignominia. Esto se ve reflejado en la aparición de líderes natos que desde las olvidadas regiones del Perú se están alzando con la frente y el puño en alto para luchar contra este sistema hambreador.
Esta semana llega, a nuestro Trujillo, un curita cajamarquino que le paró los machos a las odiadas, inhumanas y contaminantes mineras. Nos referimos al padre Marco Arana, quien vendrá para exponer sus planteamientos de gobierno, como la no prescrición de los delitos de corrupción, defensa de los derechos humanos y defensa del medio ambiente. Tres temas urgentes e inevitables si es que queremos retomar el curso de la historia.
Iremos a escuchar a este líder que se las ha jugado por los pobres, desde su vocación sacerdotal, y por ello odiado por el Cardenal Cipriani. Iremos a ver que tan sólidas son sus ideas o son solo parte de la campaña. Espero de todo corazón que no sea así, porque de ser sólido y contundente lo que pregona estamos ante un personaje que le abre una esperanza a este Perú condenado a los Alan, las Lourdes, los Castañedas y las Keikos, todos peones de la derecha más inmoral.
Para ser sincero a mí me gustaría ver al curita Arana más tirado al campo de la izquierda, porque en estos tiempos ya no estamos para medias tintas o coqueteos de quinceañera. O se está contra el sistema o se está a favor de él. O se es socialista o se es capitalista. El resto es puro floro.
Esperamos entonces que esta “Tierra y Libertad” sea verdadera y no como la famosa frase “Pan con libertad”, que sirvió para incendiar a las masas y luego tomar cafecito con los yanquis; para plantear la revolución y luego negociar eternamente con la derecha.

Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 16/12/09)

12/02/2009

POESÍA DE MIÉRCOLES

Hay que estar loco para organizar cojudeces”. Así me contestó un dilecto amigo a quien lo invité a participar en el recital poético.
Triste es el panorama de la poesía en estos tiempos del Messenger. ¿Cuándo se jodió la poesía? Algunos sostienen que siempre estuvo reservada para un puñado de almas sensibles y superiores. Yo creo que antes se leía más poesía. Basta con mirar a nuestro alrededor y constatar que estamos más pendientes del último celular lanzado al mercado que en leer un buen libro de poesía. En las librerías la poesía se estaciona en un rincón donde, con todo el recato del mundo, espera a ese amante que la llevará a hacerla suya. Lo malo es que el amante llega cada veinte lunas.
Siempre he lanzado la bendita pregunta a algunos amigos con quienes compartimos el aprecio por la poesía y las respuestas son variopintas: Ricardo Ayllón, por ejemplo, antes que dar respuestas lanza más preguntas, como ¿En el ánimo de mostrarse modernos e innovadores, los poetas escriben cada vez más enrevesado y han espantado al lector común? ¿Es el lector quien se interesa cada vez menos en renovar sus inquietudes temáticas y estilísticas? Sostiene, el imberbe ornitorrinco, que la respuesta la debemos hallar, en conjunto, en una mesa concertadora, “desayunados todos al borde de una mañana eterna”. Para Alejandro Benavides, la culpa no es de los lectores sino de los poetas, que cada día escriben temas intrascendentes e incoherentes. (Alejo nos quiere decir que algunos poetas empiezan hablando de la muerte y terminan filosofando sobre el sabor del petróleo). Otros sostienen que es responsabilidad de las editoriales trasnacionales quienes no quieren editar poesía y saturan “el mercado” con libros desechables en pos del dinero.
Lo cierto es que nos preocupa esta situación. La poesía es esa búsqueda de la belleza a través de las palabras, algo imprescindible en el hombre para humanizarlo y alejarlo de la banalidad propia de estos tiempos donde se promueven criterios estéticos vacíos.
Trujillo no cuenta con una actividad sostenida que promueva y tienda puentes entre líridas y lectores, lo que ha traído como consecuencia que el arte de Píndaro esté cada vez más desterrado de nuestro diario acontecer. Es por eso que INFOLECTURA (infolecperu.blogspot.com) lanza POESÍA DE MIÉRCOLES, conjunto de recitales poéticos, donde vates liberteños y de otras partes del Perú nos deleitarán con lo más selecto de sus versos. ¿Quiénes estarán? Alberto Alarcón que llegará con su vestidura de fuego; el arriero Bethoven Medina; Ángel Gavidia y su valija; Luis Eduardo García que llegará dialogando el extravío; Gustavo Benites que carajeará a la lluvia; el diablo David Novoa; el desvestido César Olivares; el marinero Alejandro Benavides; Lukas Vigo que recitará ante su espejo; el historiador del caos Manuel Medina; y otros grandes poetas.
Este evento se llevará a cabo todos los miércoles (desde hoy), a partir de las 7:30 p.m. en el Café-Bar CHASKA. La poesía está de fiesta.

Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 02/12/09)

11/25/2009

MANOTAS

Manotas marcha gallardo exigiendo la homologación de su sueldo con el exorbitante sueldo de los magistrados peruanos. De un tiempo a esta parte se ha vuelto “luchador”. Y es que siente que el gobierno lo maltrata con un sueldo de hambre. Su puño grotesco se alza junto al de sus colegas. Le toca dar vivas por la lucha y siente un escozor que lo hace ruborizar, aunque este rubor no se percibe en su cetrino y feo rostro. Y es que las vivas dicen: ¡Por la dignidad del maestro!... ¿Dignidad? ¿Maestro?, mira a todos lados y siente una vergüenza que jamás había sentido. Siente como si alguien lo estuviera mirando con una sonrisa burlesca.
En medio de las vivas y los puños en alto, recuerda que ingresó a trabajar en la Universidad de su ciudad por favores políticos. En ese entonces era un joven profesor de promedio regular. Su militancia en el partido permitió que los camaradas le den una “manito” a este hombre de manos exageradas. De la noche a la mañana se convirtió en profesor universitario y con el tiempo exigió que se le llame “catedrático”, aunque sus alumnos iban a sus clases más por evitar ser inhabilitados que por la esperanza de aprender algo.
En sus inicios universitarios era considerado un cuadro político de izquierda. Esa izquierda que poco a poco se iba esfumando de su incipiente espíritu burgués. Si decía que era de izquierda era para aprovechar las becas y viajes de placer que ésta le otorgaba. Esperaba el momento preciso para huir de sus filas. Ese momento llegó cuando, aprovechando una escisión del partido, renunció llevándose 34 mil dólares.
Sus clases eran un homenaje a la idiotez y a la mediocridad. Eso sí, era puntual, no hay que negarlo, pero no por sus buenas costumbres, sino para ver llegar a las más bellas estudiantes y exigirles besos en su degenerado rostro, adornado por un hilillo de salivación. Estas damitas eran las que al final del curso resultaban desaprobadas y luego aprobadas previa cita a las 2 p.m. en su vieja y desolada oficina. Era de ver a las damas saliendo con el rostro desencajado y a punto de soltar el vómito. Hubo una alumna de proporcionadas carnes que le hizo creer que era su príncipe azul y de victimario, Manotas pasó a ser víctima, pues la dama lo convirtió en su perrito (con las disculpas al perro) faldero. Era el hazmerreír de sus colegas cuando, con sus setenta años a cuestas, se le veía comprando chocolates, flores, calzonarios (como él los llamaba), aparte de los pollos a la brasa y los trabajos universitarios que tenía que hacerle a la muchacha, mientras ésta se regodeaba con su verdadero marido. Manotas rebozaba de amor y hasta empezó a bañarse dos veces al día. Fue por estos tiempos que, merced a su espíritu corrupto, fue elegido Director del colegio de su Universidad, donde se está llenando los bolsillos con dinero ajeno.
Por eso siente ese escozor cuando ve a su lado a sus ex camaradas, quienes nunca claudicaron, y se burlan al escucharlo gritar ¡dignidad! Piensan que en la sucia boca de Manotas la dignidad se convierte en una mala palabra. Por lo tanto, no merece ganar ni un céntimo.

Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 25/11/09)

LA LITERATURA PERUANA ACTUAL ES MUY PROLÍFICA

ENTREVISTA A MARIO WONG

Luego de diez años de autoexilio francés, nos visitó Mario Wong, escritor nacido en Piura. Acaba de publicar “Su majestad el terror”, (Pasacalle) novela que trata la historia de los actos humanos atravesados por el terror. Haciendo un alto en las visitas que hiciéramos a Moche, la Huaca de la Luna, Huanchaco, cafeterías del centro de Trujillo, etc. conversamos, de todo un poco. He aquí el diálogo que tuvimos con este entrañable amigo.

Mario, acabas de publicar la novela “Su majestad el terror”, antes habías publicado “El testamento de la tormenta”, ¿por qué esa recurrencia al tema de la violencia?
Mi generación fue marcada por la violencia que sufrió el país en los años 80. Mi salida del país obedeció a la situación que se vivía. Y cuando he estado en París, me planteaba escribir, como una manera de dar salidas a esta presencia caótica, que de una u otra forma la vivía subjetivamente. Entonces se me planteaba la cuestión de escribir desde alguien que ha vivido algo y que además está afuera. Eso es lo que me he planteado.

Es decir, en el ámbito de la escritura sobre la violencia en el Perú, tu visión es de dentro y fuera del país.
Precisamente. Como que no hay límites definidos. Uno está fuera, pero como la ha vivido, esa experiencia lo ha marcado y es como si todo lo arrastrara y lo llevase. Se plantea, entonces, una suerte de catarsis; es decir dar vuelco a esto, en el nivel ficcional, porque no se trata de un ensayo ni de un manifiesto político-ideológico, sino de una cuestión que se resuelve ficcionalmente, creativamente.

¿Tú crees que no se debe abordar la violencia ocurrida en el Perú, dando una posición como escritor?
Sí, yo pienso que pueden haber múltiples (y las ha habido) expresiones de novela política, de novela social en determinados períodos, pero en este caso mi planteamiento narrativo se basa en una poética, en una estética, en una manera como yo concibo la novela. No pienso que se trate de contar una historia en los términos tradicionales, estrictos, del género novela, que es un género decimonónico, más allá de los cambios o modernizaciones permanentes que pueda tener o que puede haber tenido. En mi caso, por el mismo material que manejaba, no pensaba que eso sea resumible o se pueda expresar dentro de las normas estrictas del canon literario. Y por eso es que “Su majestad el terror”, en cierto sentido, se ubica como una continuidad de mi anterior novela “El testamento de la tormenta”, pero resuelve ya, con mayor dominio de medios, de recursos, ese problema de dar cuenta de experiencias vividas que tienen que ver con el caos, con la violencia, con el sinsentido, con una serie de bloqueos o de fragmentaciones; entonces este tipo de material no se podía expresar dentro de los términos estrictos del canon, y mi manera de resolverlo ha sido transgrediendo las normas estrictas de esa literatura, de la novela.

¿Cuál crees que es la principal función o la principal tarea que tiene el escritor del siglo XXI?
Yo no sé si función o tarea, porque no estamos en la década del 60, en el período de Jean Paul Sartre, de la literatura en el sentido de finalidades o de compromiso. Creo que fundamentalmente es el rigor en una estética, en una estética narrativa o en una poética narrativa, para dar cuenta de algo que simplemente nos ha pasado y que la queremos resolver dentro de modelos que son un poco pasados. Pienso que si hay una cierta posición o una cierta finalidad en la tarea de escribir, frente a algo que nos ha sobrepasado, esa es encontrar las nuevas formas que logren expresarlo, si se trata de expresión, porque en sí la creación rebasa los límites estrictos del discurso.

¿Qué escritores consideras que hayan expresado mejor esa realidad que hemos vivido en el Perú?
La literatura peruana (y esto podría ser una verdad de perogrullo) es una literatura plural, una literatura múltiple. Creo que hay muchos escritores que han abordado, desde distintas ópticas, todo este terreno, todo este período. No conozco toda la literatura, pero conozco algunos escritores como Dante Castro, Oscar Colchado; o escritores, dentro de una vertiente distinta a la andina, como Alonso Cueto, en “Miradas Peligrosas” (que me pareció una buena novela), o escritores que han tenido otros acercamientos, como Santiago Roncagliolo. Son distintas expresiones, distintos puntos de vista sobre algo que se ha vivido, que nos ha tocado. Estrictamente, no podría determinar cuál es el escritor que más ha logrado calar o expresado todo eso. Pienso que el tiempo manifestará hasta qué punto los lectores recogen o reivindican a tal o cual escritor, como ha sido con otros escritores en otras épocas.

Como ensayista tú estás al tanto de la literatura que está surgiendo. ¿Cómo ves el panorama de la literatura peruana de hoy?
El panorama es sumamente prolífico. Yo vuelvo después de muchos años y veo que hay un estado de ebullición. Después de mi presentación en Lima, que ha sido una presentación que de repente pasó ignorada, llego a Chimbote y veo que hay toda una manifestación literaria que tiene acogida. Más tarde voy a ir al Cusco y voy tener otro panorama. Es un terreno que bulle, es un terreno de muchos jóvenes escritores y me parece de una enorme importancia. Eso que, cuando yo vivía en el Perú, no tenía la importancia que ahora tiene, pienso que obedece a que el país, de una u otra forma, se ha transformado y de repente esa transformación también se da a nivel de las artes, de la literatura específicamente.

Tú vienes después de veinte años al Perú, ¿cómo lo encuentras, cuál es tu visión de peruano que radica afuera?
Lo encuentro cambiado, encuentro que no es el país del cual yo salí, que era un país bloqueado, un país signado por la violencia. En los pocos días que estoy, veo que en este Perú, resultado de situaciones que han vivido por carencia o falla en los mecanismos de comunicación y negociación, los conflictos tienden a asumir condiciones que degeneran extremos y que son objeto de manipulación de uno u otro lado, etc., etc. En todo caso no soy pesimista frente a todas estas situaciones y creo que el país está en una situación distinta y que puede llegar a superar todos estos conflictos que no tienen las mismas características extremas que nos caracterizaron algunas décadas anteriores.

¿Cómo se percibe fuera el panorama político y económico de nuestra patria?
Como muchos peruanos, muchos latinoamericanos, tenemos información, más que todo a través del internet, que permite informarse, pero como nuestras vidas transcurren allá, no es lo que determina nuestras conductas. En el caso mío, fundamentalmente en el aspecto creativo, de alguna u otra forma me encuentro más vinculado a seguir de cerca lo que pasa en el país, pero no desde el punto de vista ideológico y político, sino desde el punto de vista de opciones de vida, de sociedad, que viabilicen al Perú como país. De ese lado es mi interés, el aspecto creativo, y si puede haber un tipo de aporte individual yo lo asumo fundamentalmente a nivel creativo y ese es el terreno en el que me muevo y por eso estoy acá, presentando una novela.

Y consecuentemente tus venidas no serán muy espaciadas en el tiempo. Volverás más seguido al Perú.
Yo creo que si, sobre todo viendo ese terreno bullente de la escritura, de los escritores, de la literatura. Teniendo contacto con jóvenes escritores, gente tan generosa como el escritor Eduardo González Viaña, por decirte, o el escritor chimbotano Braulio Muñoz, uno se da cuenta que hay una situación que permite establecer una comunicación que haga posible que uno esté más presente, no sólo desde el punto de vista intelectual sino con una presencia física, lo que implica volver con más frecuencia al país.

11/19/2009

ROSENDO MAQUI EN TRUJILLO

“Ahí voy Ciro”, me dije el sábado pasado, al dirigirme decididamente a la Casa de la Emancipación, donde el Congreso de la República le rendía homenaje. Abordé un ancho taxi colectivo, acomodé mi voluminosa humanidad (a decir del fámulo Olivares) y, mientras leía el último libro de Gerson Ramírez, suspiraba al recordar al gran Ciro Alegría que alegró y entristeció mi infancia con sus maravillosas historias. Inolvidable Ciro. Y es que “Los perros hambrientos” impactó tanto en mí que decidí llevar siempre conmigo aquel libro de pasta amarilla que me compró mi padre. Lo leí siete veces. En cada leída, un mundo nuevo se abría en mi mente. Reía con las ocurrencias de Simón Robles que bautizó a sus perros como Güeso y Pellejo. Lagrimeaba con el sufrimiento de los indios y los perros (hermanos en la desgracia) y con la trágica muerte del niño Damián. Qué felicidad leer ese final con Simón Robles abrazando a su Wankita que había vuelto con la lluvia buena.
Si hay escritores peruanos que me marcaron y que permitieron que hoy garabatee algunas historias, esos son César Vallejo, José María Arguedas, Manuel Scorza y – cómo no – Ciro Alegría. Ellos son los padres de mi amor por los libros y la literatura.
Rendirle homenaje a Ciro Alegría no es cuestión de poses y discursos almibarados, aprovechando la coyuntura del centenario de su nacimiento. Es asumir que como escritor tuvo un derrotero; esto es, dejar transcurrir por sus vitales libros la voz de los desposeídos, de los indios que hoy siguen ninguneados como en su tiempo. Rendirle homenaje es gritar a todos los vientos del mundo que sus libros no han perdido vigencia, porque los gamonales y explotadores de ayer hoy tienen la papada más hinchada, de tanta soberbia y tanto odio acumulado. Rendirle homenaje es decirle, sin medias tintas, que no se equivocó al renunciar al APRA, porque todo ser humano que se precie de tal (sobre todo los intelectuales) deben alejarse por completo de aquellos que desprecian y odian a todos los Rosendo Maqui del Perú. Rendirle homenaje es hablar con la orgullosa voz de Calixto Garmendia: “El día que el Perú tenga justicia, será grande”.
Por la calle Pizarro, a una cuadra antes de la Casa de la Emancipación – me encontré con Gerson Ramírez (sí, el mismo del libro) y me pareció raro que esté viniendo en sentido contrario, cuando él es amante de todo evento cultural. Me dijo: “seguro va a demorar ese homenaje, mejor me voy a abrazar a mi mujer”. Nos despedimos. Llegué a tan histórico patrimonio cultural, muy orondo me aprestaba a ingresar cuando una mano negra se posó sobre mi pecho: “¿su invitación señor?”. Era la voz de un joven que, lista en mano, chequeaba el ingreso de todos. “¿Cuál invitación?”, pregunté, medio cojudo. “Disculpe señor, pero a este evento sólo ingresan personas invitadas con tarjeta”, fueron sus últimas palabras. Por más que quise alegar que yo era Rosendo Maqui no me permitieron el ingreso. Tuve que volver sobre mis pasos, no sin antes decir: si Ciro viviera, se avergonzaría de este homenaje.

Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 19/11/09)

11/14/2009

EL VIAJE QUE NUNCA TERMINA

Este fin de semana estuvimos viviendo otra de nuestras aventuras ligadas al mundo de los libros. Nos estuvieron visitando grandes figuras de la literatura peruana; hombres de gran talento literario y con buenos premios en sus trajinados espinazos. Nos referimos a Carlos Calderón Fajardo (Puno), Sócrates Zuzunaga (Ayacucho), Carlos Rengifo (Lima), Henry Quintanilla (Ayacucho), Harold Alva (Piura) y Willy del Pozo (Ayacucho). A ellos se sumaron los extraordinarios escritores y poetas Alberto Alarcón (Piura) y Ángel Gavidia (Trujillo).
¿Qué? ¿Qué recién se entera amigo lector? Claro, esta y otras actividades de gran nivel cultural pasan desapercibidas por cuestiones ajenas a la buena voluntad y por la inacción de aquella prensa que le hace ascos a las cuestiones culturales, a pesar de las reiteradas invocaciones para que hagan pública la invitación. Por otra parte, las personas invitadas brillan por su ausencia, unas por desidia, otras por desinterés, otras por celos, otras porque ya se están animalizando y otras porque quieren demostrar que Trujillo no es la tan voceada “Capital de la cultura”.
Lo que me hace sentir feliz es la apertura que están teniendo algunos buenos directivos de los colegios, quienes permitieron que estos hombres de la pluma consagrada tengan un contacto horizontal con los alumnos. Tal es el caso del colegio Max Ludwig Planck que, como inicio de las celebraciones por su séptimo aniversario, organizó una feria de libro, donde los alumnos y alumnas muy contentos dialogaban con escritores a los que ya habían leído, se tomaban fotos con ellos, los pellizcaban para cerciorarse que son de carne y hueso, bromeaban, compraban sus libros, etc. O el caso del colegio La Inmaculada cuyas alumnas tuvieron la oportunidad de escuchar el testimonio de vida literaria del gran Sócrates Zuzunaga y tomarse algunas fotos con él, agradeciéndole por haber escrito la historia del tierno perrito “Takacho, Takachito, Takachín”. O el colegio Corazón de Niño Jesús, de Los Granados (cuyos alumnos leen más libros de los que exige el Plan Lector), que recibió con mucha calidez a Henry Quintanilla con su precioso libro “El maravilloso viaje de Francisco Caoba”, un árbol empeñado en salvar al mundo de la contaminación. O el colegio Mentes Brillantes donde los niños no cabían en sus pequeños cuerpos por la emoción de contar con la presencia de Abril Alonso (Willy del Pozo) y Harold Alva.
Nuestros amigos viajaron con algunos años menos y con promesas de volver a esta tierra de Vallejo. Me quedé con la mirada taciturna de Sócrates Zuzunaga, también con las sublimes notas que arrancaba a su mandolina; con la pasividad de Carlos Rengifo; con la extravagancia de Willy del Pozo; con las locuras de Harold Alva y el buen sentido del humor de Henry Quintanilla. Desde estas líneas el abrazo a todos ellos y continúen por este “Viaje que nunca termina”, como el último libro del gran Carlos Calderón Fajardo.

Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 12/11/09)

10/28/2009

NO MERECE SER PERUANA

Alan García dijo, el domingo, que la empresaria que inventó el robo del pulmón, de una exhibición del cuerpo humano, no merece la nacionalidad peruana y ojalá renunciara a ella. Dijo que el hurto inventado por la empresaria peruana es “gravísimo y malvado”, “esta mujer no parece peruana… cómo es posible, el daño que nos ha hecho salió en todas partes”.
La verdad que hay situaciones que ya causan indignación, sino risa. Una risa diabólica, es cierto; porque reírse de situaciones que le hacen daño a las buenas costumbres es irracional.
Alan García es devoto de los discursos que la platea pueda aplaudir; de los golpes de palabras que al otro día reproduce, sin un ápice de cuestionamiento, aquella prensa arrendada al régimen.
Que la empresaria se equivocó haciendo un escándalo que mancilla el decoro de muchos peruanos, es cierto. Pero que Alan lo diga me parece patético. ¿Quién no sabe que este gobierno también utiliza los escándalos mediáticos para pescar a río revuelto o esconder sus eternas patrañas? Un amigo me dijo: “Alan García debe estar rezando que cada semana muera un estilista o una folklórica”.
Que la empresaria inventó un robo, no está comprobado. Que es lo más probable, sí. Que no merece la nacionalidad peruana. No la merece, Alan, bajo tu lógica bien pensada. Me adhiero a ti. Claro que no la merece, como no la mereces tú que has hecho de la mentira una forma de gobierno. Tú, que en campaña dijiste que ibas a revisar línea por línea el TLC y luego le rogaste, casi de rodillas, a Bush para que lo apruebe. Tú, que prometiste que la Contraloría la iba a elegir la oposición. Tú, que declaraste en forma altisonante que el gas de Camisea sería para los peruanos y hoy has firmado el DS 068-2009 que concretaría la exportación de las escasas reservas del gas de Camisea a México y Chile. Tú, que prometiste luchar contra la corrupción y tu gobierno es una cadena de escándalos, robos y “aceitadas”. ¿O no has tenido en tus filas a un jefe del “Clan del Besito” que recibió miles de dólares de Montesinos; un congresista que robaba luz; una congresista que contrató a un fantasma; una rata que negociaba, ¿a tus espaldas? pozos petroleros; un Premier cuyo hermano es tan suertudo que gana licitaciones del Estado; un militante que afronta unas 200 denuncias por usurpación de terrenos en Jicamarca y, encima, es recibido en el Congreso por tus compañeros? Por lo menos la mencionada señora, sólo ha simulado el robo del riñón. En tu gobierno hay robos que comprometen el hígado de gran parte de los peruanos.
Que el daño que nos ha hecho salió en todas partes. Claro. Como también salió el asesinato de nuestros hermanos nativos; el escándalo de los petroaudios; la persecución a los líderes de la oposición; las sinvergüencerías de tus congresistas; la patada que le diste a un humilde obrero; la infidelidad a tu mujer, etc., etc., etc.
Más bien, ya no levantes polvo, te vayan a quitar la nacionalidad. Te extrañaríamos, Alancito.

Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 28/10/09)

10/21/2009

HISTORIA DE DOS REOS

Uno de ellos irrumpió en el convulsionado escenario político vestido de verde oliva y, junto a un grupo de jóvenes, se propuso cambiar el triste destino de los humildes de su patria. Empuñó las armas y se fue al monte. El otro irrumpió montado en un tractor, prometiendo, también, sacar de la miseria a su pueblo, mientras lucía una sonrisa cínica. Lo iba hacer “por la legal”. El presidente que estaba por dejar Palacio de Gobierno le dio una manito para ganar las elecciones.
El guerrillero de verde oliva secuestraba camiones con gaseosa y pollos y los repartía en los lugares donde la miseria mostraba su furia. El de la sonrisa cínica también repartía alimentos (acompañados de su foto), en las zonas paupérrimas; pero no con afán altruista, sino para asegurar votos. De paso, derramaba químicos en los alimentos para esterilizar a las mujeres sin su consentimiento, pues “la pobreza era producto de los muchos hijos”.
El de verde oliva y su gente secuestraron a varios ricachones, exigiendo como canje dar parte de sus riquezas en alimentos para aquellos que sólo almorzaban cuando había eclipse de sol. El de la sonrisa cínica mandó a secuestrar a nueve estudiantes y un profesor, acusados de amar la poesía y la justicia. (Los asesinaron con un tiro en la cabeza, luego los quemaron y enterraron en un descampado). Mandó a matar a periodistas que criticaban su régimen, a obreros acusados de levantar su voz más allá de las montañas. Su última fechoría fue mandar asesinar a humildes heladeros (y a un niño de 9 años) acusados de ser pobres y rebeldes.
El de verde oliva cayó preso. Se le acusó de terrorista, de atentar contra la democracia, traición a la patria y otros términos draconianos, implementados por el régimen del de la sonrisa cínica. Se le presentó en traje a rayas y se le aplicó cadena perpetua. Tiempo después (¡oh, sorpresa!) también cayó el de la sonrisa cínica. Era la primera vez que un alto funcionario del Estado caía. Se le acusó de genocida, de ladrón, de corrupto. No se le puso esposas y se le aplicó 25 años de pena.
El de verde oliva está en una cárcel tumba. Sólo puede salir media hora al mes a tomar sol (si es que hay). Un familiar (o dos, máximo) lo puede visitar una vez al mes. Y por unos cuántos minutos. Tiene prohibido leer para mitigar su encierro. No le apagan la luz de su celda y tampoco tiene reloj, por lo que su tortura es doble: no sabe si es de día o de noche y en qué año estamos.
Al de la sonrisa cínica, su socio gobernante le mandó a construir un departamento en un cuartel, donde tiene policías prestos a comprarle chocolatitos. Sale de su celda a la hora que quiere y se pasea muy orondo. Su familia, sus ayayeros, sus compinches y otra gente de mal vivir lo abruman con visitas diarias y a cualquier hora. Se dedica a la pintura y a cultivar las rosas que a diario envía a sus geishas. Come delivery porque no es justo que un ladrón de alto vuelo coma de la paila.
El que mantiene este régimen carcelario fue amigo del guerrillero (lavaban platos en París) y enemigo del de la sonrisa cínica. Dice que hace esto porque estamos en un Estado de Derecho.

Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 21/10/09)

10/13/2009

LOS RESPETUOSOS DE LA LEY

Para que no nos quede duda de que estamos en un gobierno igual de nefasto al del reo Fujimori, asistimos a la vergüenza de ver cómo una señorona, que hizo magia al contratar a un duende, esté a punto de volver al parlamento. Los fantasmas están bailando en una pata.
Nuestro eficiente y soberano Poder Judicial, absolvió hace unos días al empleado "fantasma" Juan Carlos Cuadros Noriega, porque, "no está probado que le haya ocasionado perjuicio económico al Congreso ni que haya cobrado su sueldo sin trabajar". Hay tres razones por las que se pudo haber dado este aberrante fallo: O los jueces no viven en el Perú, o tienen problemas mentales, o el Apra quiere salvar a su Tula caza fantasmas. Esto último lo descarto porque el Apra ha demostrado, siempre, que jamás presiona a los jueces para salvar a sus roedores y alimañas. (¿Por qué se ríen, estimados lectores?).
Como lo ha denunciado un diario nacional, todo parece indicar que el regreso de la desaforada legisladora Tula Benites es inminente, por la acción de jueces y fiscales de vinculación aprista. Créanme amigos que esto ya lo esperaba, pues estamos en el Poder Judicial del Perú y encima en tiempos del APRA. Esto jamás pasaría en un Estado decente.
Ante esta situación, salió la cabeza más exagerada del Apra, Luis Gonzales Posada, a decir que ellos serán respetuosos de los fallos del Poder Judicial, porque estamos en un Estado de Derecho. (¿Por qué se ríe otra vez, señor lector? Más respeto). Oiga, don cabezoncillo, si estuviéramos en un Estado de Derecho, el gobierno del necrófilo García, antes de promulgar los Decretos Legislativos de la selva, lesivos a los intereses nacionales, los hubiera consultado a las comunidades selváticas, como lo manda explícitamente el Convenio 169 de la OIT, cuyas disposiciones tienen carácter vinculante para el Estado peruano, porque fue aprobado por el Congreso. Nos hubiéramos ahorrado el espanto de la muerte. Si estuviéramos en un mínimo Estado de Derecho, el gobierno no se hubiera negado a pagar las reparaciones económicas ordenadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos a favor de los deudos del caso La Cantuta. Si estuviéramos en un Estado de Derecho hace rato hubieran cumplido con la Ley Universitaria N° 23733, aprobada hace más de 20 años, que estipula la homologación de los sueldos de los maestros universitarios con los de los magistrados del Poder Judicial. Si estuviéramos en un Estado de Derecho, Alberto Pizango no estuviera exiliado y perseguido por este gobierno. Si estuviéramos en un Estado de Derecho se cumpliría aquello de “no hay persecución por razón de ideas o creencias” y los dirigentes de izquierda no estarían perseguidos y juzgados como hoy.
Es más, en un Estado de Derecho este régimen no existiría. Muchos de sus actores principales estarían en Piedras Gordas. Igual su socio Fujimori.

Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 14/10/09)

10/08/2009

ENTREVISTA A RICARDO VÍRHUEZ

“EL PADRE HIPÓCRITA Y EL MAESTRO QUE NO LEE, CONTRIBUYEN A LA FALTA DE LECTURA”

Hace poco nos visitó el prolífico escritor, poeta, periodista y editor Ricardo Vírhuez Villafane (Lima, 1956). Su visita la hizo con motivo de la presentación de su novela "El Periodista” y la Revista Peruana de Literatura, de la que es director. En plena Plaza Mayor de Trujillo, disfrutando de una fresca noche, conversamos acerca de la lectura y el Plan Lector.

Ricardo Vírhuez, aparte de ser escritor, tú eres editor. En el proceso de la difusión de tus libros, ¿cuál es el principal problema que afrontas?
En primer lugar, la ausencia de distribuidoras que difundan el libro a nivel nacional; en segundo lugar, que las editoras no cumplen el papel netamente editorial, se contentan con publicar el libro y no les interesa difundirlo. Otros problemas son la ausencia casi total de librerías en el país y el escaso interés de los lectores para ir a la búsqueda o a la caza del libro. Generalmente ocurre lo contrario, hay que ofrecer el libro al lector para que éste se entere. Entonces se produce un círculo vicioso donde no hay encuentros lo suficientemente fértiles para que se produzca una lectura masiva en el país. Finalmente el escaso tiraje. Recordemos que solo mil ejemplares llegan al 0,0003% de la población. Por más que publiquemos mil ejemplares y los vendamos en un día no vamos a llegar a un público mayoritario.

Evidentemente existen varios factores para que el lector no vaya a la caza del libro, ¿cuál crees tú que es el principal factor?
Tiene que ver con los problemas de lectura. En mi opinión, hay tres elementos que contribuyen a la falta de lectura. El primer problema empieza en casa, yo lo llamo el padre hipócrita, es decir aquel padre que quiere que su hijo sea profesional pero no compra libros; asimismo no permite que el hijo o la hija lea cualquier tema de literatura y pone una censura, quiere poner un filtro sobre el tipo de lectura que su hijo debe leer; si hay una palabra obscena o si hay algo erótico, el padre se enoja; yo lo llamo padre hipócrita porque es un padre cuya vida está marcada por la realidad, sin embargo, niega que sus hijos puedan acceder a esa realidad tan contradictoria y tan bullente. El segundo problema es el maestro que no lee. Mayoritariamente tenemos a maestros incapaces de poder recomendar un determinado libro valioso a los niños y cae en las garras de editores que le ofrecen libros bonitos, a buen precio, a cambio de algún porcentaje, a cambio de una agenda o de cualquier beneficio personal, pero no un beneficio a la lectura. Y finalmente, un tercer elemento, es que las empresas editoras no cumplen con su papel que deben cumplir, es decir pagar derechos de autor para que los autores puedan seguir produciendo; difundir los libros que publican y ofrecer un producto de calidad de tal modo que no compitan con los libros piratas sino con las verdaderas buenas ediciones a las que deben acostumbrarnos. Están obligadas a hacer buenas ediciones que es lo que le da sentido al trabajo editorial.

Hace tres años atrás tú te mostrabas incrédulo con la novedosa implementación del Plan Lector. ¿En el corto tiempo de su vigencia, qué evaluación tienes?
El Plan Lector hay que ubicarlo dentro del contexto educativo peruano. En primer lugar el Estado invierte muy poco o casi nada en educación y en cultura. No le interesa invertir. En segundo lugar, el Plan Lector ha sido lanzado como una especie de salvavidas ante el escándalo de tener muchos niños que leen muy pocos libros y que no entienden lo que leen. Sin embargo, creo que a pesar de ser apenas un salvavidas, los maestros, los escritores, podemos aprovechar el Plan Lector para abrir ese inmenso mercado, para la venta de libros, que serían los estudiantes. Pero eso pasa por convencer a los padres de familia que es necesario comprar libros nacionales y libros regionales para sus hijos. Luego, es necesario convencer a los maestros de que deben leer, enterarse de los libros que se publican y, sobre todo, tener la osadía de difundir los propios libros que se van a recomendar a los niños. Recuerda que el Plan Lector plantea como mínimo un libro mensual por alumno y por profesor. Nosotros podríamos aprovechar el Plan Lector que no es otra cosa que una guía para que puedan ejecutarse sistemas de lectura. Yo entiendo que parte de la idea del Plan Lector es que se establezca a un profesor dedicado a la enseñanza del mismo, el Plan Lector como una disciplina. Tendríamos un profesor de literatura, otro encargado de razonamiento verbal y un profesor de Plan Lector. Muchos colegios en Lima ya lo han implementado como un curso que busca específicamente que el alumno logre placer en la lectura. No se le da análisis, no se da ningún tipo de interpretación de texto, simplemente se trata de que el alumno goce, se entretenga y encuentre al libro como un amigo.

Justamente en el tema del Plan Lector siempre surge la interrogante de si se debe, o no, evaluar a los alumnos respecto al libro que leen. ¿Crees tú que debe evaluarse lo que el alumno lee?
Si partimos de la realidad de un maestro que no lee, ¿cómo un maestro que no lee va a evaluar? En el caso de que el maestro leyera, entonces tiene la experiencia suficiente para averiguar si el niño ha leído o no. ¿Qué es lo que necesita evaluarse en Plan Lector?, simplemente la certeza de que el niño ha leído el libro, ya sea que le haya gustado o no le haya gustado. Pero si nosotros llevamos la evaluación al plano de la interpretación y del análisis de los textos, eso es parte de la literatura o parte de otro curso. El curso del Plan Lector es únicamente la comprobación de que el alumno ha leído. Los niños y adolescentes pueden hacer un resumen de su lectura y el profesor se va a dar cuenta claramente si leyeron o no.

Tú eres un convencido de que el Plan Lector también debe servirnos para leer literatura regional. Susténtame la importancia de leer literatura regional en los colegios.
Bueno, en primer lugar hay que entender que las divisiones como literatura regional, peruana, son solo divisiones pedagógicas para poder ubicar los textos, no quiere decir que existan como tal, entonces hablar de literatura regional es hablar de la literatura que se produce y refleja y expresa una realidad o sociedad determinada que la diferencia de otra. No es lo mismo la vida de la sociedad norteña o trujillana con la puneña por ejemplo. Entonces conocer lo nuestro es una forma de desarrollar y asumir nuestra identidad. Por otro lado, se trata de mostrar y difundir la producción intelectual de una región determinada. No hay nada mejor que un niño conozca primero lo que se produce en su región y luego amplíe esas espectativas a nivel nacional, a nivel internacional. Pero hay otra razón adicional que es el hecho de que las grandes editoras trasnacionales venden productos que traen de sus países y lo difunden como parte de la literatura infantil, que puede ser muy buena o no, pero es insólito que un niño lea primero la literatura infantil de España, por ejemplo, y desconozca totalmente la literatura infantil de su región. Y hay que destacar el hecho de que hay muy buena literatura infantil, de repente no está sistematizada, de repente no tiene la suficiente difusión, pero creo que esa es razón suficiente para que el niño por cuestiones de identidad se identifique primero con los productos intelectuales y la literatura de su región.

(31/05/09)

POLÍTICA ENTRE SOTANAS

Ha saltado a la palestra política, la figura del sacerdote Marco Arana, conocido en los predios cajamarquinos por su lucha contra la minería irresponsable, como es la casi totalidad de la minería en el Perú.
Al saber de esta situación, inmediatamente el Cardenal Juan Luis Cipriani soltó, amenazador, lo siguiente: “Un sacerdote no puede revestirse de su autoridad sacerdotal para tener opciones opinables, por ejemplo como el padre Marco Arana. El padre Arana en el momento en que el quiere dar su paso a la política que deje su sacerdocio, pero que no confunda la obligación que asumió como sacerdote, para llevar a la gente a una cosa completamente ajena a su ministerio, a un planteamiento político”. Agárrala con guantes.
Desde esta pequeña tribuna quiero darle la razón al inmaculado Cardenal Cipriani y criticar a la oveja descarriada Arana.
En primer lugar, Padre Arana, usted no le puede decir al Cardenal "No basta hablar sino profesar" o "Que no escupa al cielo porque le puede caer en la cara". Eso no te lo vamos a aceptar, porque el Cardenal Cripiani jamás ha utilizado el púlpito sagrado para hablar de política. Jamás. Él sólo hace recomendaciones y golpes de impacto político a la feligresía (que los medios de derecha reproducen al día siguiente) para venerar todo lo que signifique neoliberalismo y mantenimiento del sistema. Pero no por eso lo vamos a condenar o repetirle “por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en tu propio ojo”. La prueba de que nunca se mete en política es que jamás le ha enrostrado a Alan García, en las misas Te Deum, la nauseabunda corrupción de su gobierno, la constante violación de los derechos elementales de las personas y su política de gobierno en favor de los ricos y desprecio por los pobres.
Tampoco puede decir, padrecito, “Cipriani siempre critica a las ONG defensoras de los derechos humanos, de temas ambientales y nadie dice nada”. Eso es una calumnia. Cipriani ama los derechos humanos. Él jamás ha dicho que los derechos humanos son una cojudez. Eso lo soñamos los peruanos. Además su delfín Rey jamás ha votado, siendo católico hasta la castidad, por amnistiar a los asesinos del Grupo Colina, y tampoco a criticado el impecable informe de la Comisión de la Verdad sin haberlo leído. Él, que nunca se arrima a los gobiernos de turno, es un hombre piadoso que predica el “amaos los unos a los otros”.
Y por último, el Cardenal jamás ha hecho pasar vergüenza a los católicos, pues nunca, César Hildebrandt, ha dicho: “La prueba de que Dios no existe es Cipriani”. Así que tranquilo curita Arana que el show recién empieza.

Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 07/10/09)

10/04/2009

EL GRAN OSWALDO

Este fin de semana estuve en mi tierra, participando de la I Feria del Libro “Bernal 2009”. Ha sido una experiencia estupenda, que me ha permitido departir momentos de charla amena y amistad plena, con escritores tan entrañables como Oswaldo Reynoso, Dante Castro, Cronwell Jara, Ricardo Vírhuez, Ricardo Ayllón, Alberto Alarcón, Bethoven Medina, César Olivares y otros.
Tuve la oportunidad de entrevistar a Oswaldo Reynoso y he comprobado que la calidad de su pluma va de la mano con su calidad humana. Es un viejo con el alma cada vez más fresca, al que le gusta hablar sin medias tintas y con una honda preocupación por la cultura de su pueblo.
Comparto un fragmento de lo que el autor de “Los inocentes” dijo, bajo el cálido sol piurano:

“Voy a hacer un pequeño resumen de cómo yo creo las obras literarias… Les voy a poner un ejemplo. Ustedes en la mañana se han levantado, han saludado, han tomado su desayuno, luego se han preparado y luego han venido aquí y están sentados escuchando lo que yo les digo. Ha habido una sucesión de actos. Todos esos actos forman parte de la realidad real. Eso que han hecho hoy día nunca más se podrá repetir. Esos actos murieron en cuanto se cumplieron. Nuestra vida está formada por esa sucesión de actos que se dan y que nunca más se volverán a repetir. A esto le damos el nombre de realidad real. ¿Qué es un cuento, qué es una novela? Yo puedo tomar esos hechos reales y expresarlos a través de la palabra, modificando el tiempo. Puedo comenzar un relato hablando de una persona que está sentada aquí y que luego recuerda como vino y después puedo finalizar el relato por el principio de esos actos diciendo en qué momento se levantó. Es decir, en el momento en que yo escribo un relato tomo esos elementos de la realidad real y elaboro otra realidad. Esa realidad es una realidad de ficción. Durante la mañana me he encontrado en la realidad real con tales y tales personas. Pero en el momento de escribir un cuento yo puedo poner otras personas. Entonces a base a los datos de la realidad real yo estoy construyendo una realidad de ficción. Esta realidad de ficción la expreso a través de la palabra. Por eso es que escribo un cuento o una novela. Entonces no hay que confundir la realidad real con la realidad de ficción. Todo lo que nosotros hacemos, un cuento, una novela, es una realidad de ficción.

¿Y para qué sirve si es algo que a mí se me ocurrió inventar? Sirve, en primer lugar, porque el escritor o el narrador trata de embellecer esos actos a través de la palabra. Y en segundo lugar, a través de esos hechos de ficción podemos comprender esa realidad real. Es como si el cuento fuera un faro que ilumina la realidad real o una lupa que nos hace ver el fondo de esa realidad, y el ver el fondo de esa realidad nos lleva a comprender mejor nuestra situación social, por qué vivimos acá en el Perú y qué es lo que tenemos que hacer”.

Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 30/09/09)

9/23/2009

BUSCANDO MALAS PALABRAS

En una entrevista que le hiciera a mi amigo, el escritor Ricardo Vìrhuez, respecto al Plan Lector, me manifestó que, para él, los problemas empiezan en casa, con lo que él llama “el padre hipócrita”; es decir aquel padre que quiere que su hijo sea profesional pero no compra libros; asimismo no permite que el hijo o la hija lea cualquier tema de literatura y pone una censura si hay una palabra obscena o algo erótico.
Esta es una realidad que la observamos a diario los maestros. ¿Cuántas veces no hemos recibido a una madre de familia indignada, y a punto de abofetear al maestro o maestra que recomendó un libro que entre sus docientas páginas alojaba a un inofensivo “carajo”? O como le pasó a un amigo profesor, cuyo “audacia” casi le cuesta la pérdida de su contrato en un colegio privado, al comentar la lectura de “Memoria de mis putas tristes”, del gran Gabo, y que en un programa radial de mala muerte, el locutor se desgañitaba preguntando “¿cómo este adefesio de profesor va a hablar de esa obscenidad a los muchachos?”. Era obvio que este mal hombre no había leído ni una línea del mencionado libro.
No es que estemos de acuerdo con que nuestros niños y jóvenes lean textos plagados de palabras ofensivas e hirientes, sino evitar negarles una realidad que está a la vuelta de la esquina. Imaginemos que un niño nunca haya leído respecto a la delincuencia que opera en nuestras calles (y sus respectivos códigos), va a tener una visión distorsionada de la realidad. Cuando tenga que afrontarla no estará preparado y será presa fácil de sus consecuencias. Es más, pegamos el grito al cielo por estas cosas, pero sí llevamos a casa “El popular”, “El Chino”, etc., que son monumentos a la lujuria, a la línea roja de nuestra sociedad y al mal gusto.
El mismo Vírhuez, en otra oportunidad me decía: los padres y algunos directores de colegios, andan preocupados porque los libros de los jóvenes estén limpios de alguna “mala palabra” (como se les llama) pero no dicen nada cuando un niño lee “Caperucita Roja” y se observa el desquiciamiento, el acto sangriento del lobo devorándose a la abuelita, la bestial muerte (a hachazos) del lobo. O cuando leen “Hansel y Gretell”, que desarrolla la fuerte escena de unos indefensos niños abandonados a su suerte por sus propios y desalmados padres.
Mucha razón hay en estos argumentos (no porque Vìrhuez lo diga). Los padres deben entender que sus hijos están viviendo en una realidad tan agitada, y muchas veces las lecturas nos sirven para mirar esa realidad y combatirla. Justamente ahí entra la mano del maestro y el padre de familia, quienes deben leer lo que los niños y jóvenes para orientarlos. Si quieren ir más allá, entonces sean consecuentes y hagan una campaña masiva para prohibir los diarios chicha que todos los días sus hijos leen en las esquinas.

Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 23/09/09)

9/09/2009

MENTES BRILLANTES, PINTANDO

La educación integral está en boca de todos. Los colegios la usan en su marketing y la han convertido en un cliché. Pero son pocos los colegios que verdaderamente la ponen en práctica.
¿Qué alumnos queremos formar, qué valores queremos inculcarles, a dónde y cómo orientar el proceso educativo?, son algunas de las preguntas que suponen una responsable reflexión acerca de la tarea de la escuela.
La Educación Integral basada en un humanismo armónico pretende desarrollar todo lo que perfeccione al ser humano. De ahí que muchas veces es más importante que un estudiante egrese de las aulas siendo capaz de conducir su vida con coherencia y responsabilidad, antes que tenga elevadas notas pero no sepa resolver problemas con autonomía.
Particularmente me siento feliz cuando veo, a mis alumnos o alumnas, disfrutando de un libro, leyéndome un poema de su autoría, pintando un paisaje, viviendo con pasión un deporte, ejecutando con maestría un instrumento musical, discutiendo sobre los grandes problemas del país, proponiendo alternativas para resolverlos. Es decir, haciendo cosas que, por mucho tiempo, fueron consideradas de poca valía por la educación formal y memorística. Creo que la clave de la educación está en construir la felicidad de los niños y jóvenes.
Hace poco estuve en la Casa de la Emancipación, participando de la inauguración de una muestra de pintura, cuyos autores fueron mis alumnos, del nivel secundario, del colegio Mentes Brillantes. Era curioso y gratificante ver a estos muchachos y muchachas, quienes enfundados en trajes de gala, mostraban hermosas pinturas donde podíamos solazarnos con paisajes, escenas de la vida cotidiana, figuras abstractas, etc. Soy testigo del entusiasmo de ellos y ellas, quienes con pasión dejaban toda su expresividad en el lienzo para luego, orgullosos, mostrar sus avances.
Este tipo de actividades demuestran que la escuela sí puede aportar al perfeccionamiento del ser humano. Todos sabemos que, a través de la pintura los niños descubren un mundo lleno de colores, formas, trazos y de imaginación. La pintura dice lo que no se consigue decir con palabras. Simboliza sentimientos, pasiones y experiencias. Estimula la comunicación y la creatividad. Sensibiliza y aumenta la capacidad de concentración y expresión de los niños. Con la pintura se disminuye la ansiedad y desintoxica el alma. A través de un pincel y de un poco de pintura, los niños expresan sus inquietudes y sus emociones, se tranquilizan y serenan, al mismo tiempo que desarrollan sus gustos.
Que un niño o adulto se conmueva apreciando una obra de arte vale más que la libreta de un insensible, atiborrado de buenas notas. He ahí un aporte de la educación integral.

Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 09/09/09)

9/03/2009

YO SOY EL HUAQUERO VIEJO

“Un pueblo que honra a su pasado y lo estudia se honra así mismo. El honor que el Perú dispensará al estudio de su historia traerá la elevación política del país y en el respeto que le inspiren los mudos testigos de su grandioso pasado encontrará la fuente de su elevación espiritual, sin la cual todo progreso es imposible”. Sabias y contundentes palabras de don Max Uhle.
Hace poco observé con mis alumnos un documental donde nuestro gran historiador don José Antonio de Busto, nos manifiesta que los hallazgos arqueológicos hechos en el Perú han sido fruto de la casualidad, pues no existe investigación científica para descubrir restos arqueológicos.
Recordé entonces una realidad y odiosa verdad: nuestro Estado Peruano no se preocupa por los valiosos vestigios dejados por los abuelos de nuestros abuelos. Dos pruebas al canto:
1. Las buenas lenguas cuentan que el primer ser vivo que tuvo contacto con la riqueza que, en sus entrañas, guardaba la Huaca Rajada, fue un conejo. Sí. Así como lo lee, un humilde conejo orejón, que debe haber sido engullido por los exquisitos paladares lambayecanos, sin siquiera haber sido condecorado por su aporte a la nación. Resulta que el muy animal, escarbando en su corral, logró sacar una moneda de oro que dio la pista a los arqueólogos, y a los saqueadores. La otra noticia que corrió como reguero de pólvora fue que en cierta oportunidad dos policías descubrieron (en una cantina) a unos huaqueros que querían pagar el trago con una pieza arqueológica de oro. Otros dicen que en una reyerta por el reparto del botín un huaquero resultó baleado y al intervenir la policía se encontró con los primeros vestigios de lo que sería la tumba del majestuoso Señor de Sipán. El resto es historia conocida. Walter Alva es parte de esa historia.
2. Antes que el arqueólogo Régulo Franco Jordán nos diera a conocer el más importante hallazgo Mochica de los últimos tiempos, lo huaqueros ya habían estado haciendo su festín en la Huaca de Cao Viejo. Un documental cuenta que uno de los huaqueros descubrió unos preciosos murales y los volvió a cubrir para no despertar, aún más, la codicia de sus compañeros. El resultado: tiempo después se descubrió que debajo de esos murales yacía, imponente, la Señora de Cao.
Sin embargo, no es que los arqueólogos no tengan la suficiente capacidad para realizar trabajos de investigación y hallar restos arqueológicos. Lo que pasa es que no cuentan con el apoyo económico que un trabajo de este tipo requiere.
Urge, entonces, una política estatal para descubrir, conservar y preservar nuestro patrimonio arqueológico (la mayoría de proyectos arqueológicos son sustentados por la empresa privada). Dejemos de ser el país al que la cultura le apesta. Esto permitirá que algunos inescrupulosos y malos peruanos dejen de cantar, al son de la famosa marinera: “Yo soy el Huaquero viejo, que vengo de sacar huacos”.

Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 02/09/09)

8/26/2009

PUTIS... O CAVAR LA PROPIA TUMBA

Eran campesinos pobres, mejor dicho campesinos normales. Unos hombres de poncho, ojotas y fusil habían llegado a su pueblo (enclavado en los andes ayacuchanos), presionándolos para que caminen por lo que ellos mal llamaban el sendero luminoso del Amauta. (El Amauta jamás hubiera embarcado a su pueblo, por la fuerza, a una revolución que no sentían propia).
Estos comuneros creyeron en su Estado, en su Perú. Huyendo de Sendero Luminoso, se concentraron al lado de la base militar de Putis para recibir su protección. Los militares incitaron esta decisión, pero cuando los comuneros bajaban con su bandera blanca de la paz, en realidad bajaban a convertirse en unas cifras más de la cruenta guerra política de los ochenta.
Los militares inmediatamente concentraron a la población en la escuela. Luego ordenaron a los varones abrir un hoyo profundo diciéndoles que serviría para construir una piscigranja. Los comuneros, que cuando remueven la tierra lo hacen con alegría, no se daban cuenta que estaban cavando – literalmente – su propia tumba. Al final de la jornada la muerte se hizo presente para hacernos recordar que los pobres son descartables. Armas manchadas de infamia fueron dando cuenta de estos seres humanos plenos de esperanza y paisaje serrano. Armas alimentadas de sufrimiento cegaron la plenitud de casi cien campesinos, entre ellos 48 niños. Mientras el desenfreno de sangre deleitaba a los verdugos, las mujeres eran violadas por otros cachacos, de los que mi paisano Miguel Grau sentiría náuseas. Para concluir y celebrar su festín macabro los militares se robaron todo el ganado de los comuneros de Putis. (Y aquí recuerdo a Manuel Scorza diciendo “las únicas guerras que ha ganado nuestro ejército peruano ha sido contra sus propios hermanos de raza, contra el propio Perú”).
Y como la verdad siempre vence a la penumbra, las fosas comunes, donde yacían los tristes restos, fueron encontradas. Los muertos de aquella mancha negra de nuestra historia serán enterrados nuevamente. Esta vez acompañados por lágrimas de rostros conocidos y por las milenarias flores del campo.
En una ceremonia llevada a cabo en Huamanga, el Ministerio Público entregó los restos de 92 víctimas de la matanza de Putis, Ayacucho, ocurrida en 1984, durante el gobierno de Belaúnde. Se han entregado los restos, pero lejos estamos de entregar justicia a esos campesinos que cometieron el delito de ser pobres, cobrizos y serranos.
La Comisión de la Verdad recomendó una reparación a las víctimas de la violencia. El gobierno se niega sistemáticamente. Como premio consuelo se va a construir una piscigranja en Putis. Y seguramente quienes abrirán la fosa serán los comuneros, porque, tercos como son, querrán darle vuelta a la historia y apostar por la vida.

Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 26/08/09)

8/23/2009

PARA ALAN NO HAY HÉROES

En una visita que hiciera Alan García a Trujillo, burló la seguridad, metió la cabeza a la cabina del vehículo donde iba sentado aquel orondo personaje y le gritó su rabia contenida. Minutos antes, Luis Alberto Sánchez Lara, había recordado el aciago año 1981, en el que con solo 17 años a acuestas (y con el amor a la patria a flor de pellejo), marchó junto a otros compañeros a la frontera norte, para sentir el olor a pólvora de la guerra. Recordó que mientras Alan vivía cómodamente, él tuvo que sobrevivir en un hueco de zorro y caminar por un campo minado, que en segundos lo podía hacer volar por los aires para inscribirlo en la lista de héroes anónimos. Recordó que cuando marchó a la guerra lo hizo por ese amor a la patria que solo lo tienen sus mejores hijos; aquellos hijos que tienen que soportar a la gente cruel que se burla de ellos cuando, orgullosos, marchan en los desfiles.
Los policías algo vieron en su rostro desesperado, que optaron por dejarlo traspasar la barrera infranqueable que separa a los gobernantes de su pueblo. Se quedaron boquiabiertos, cuando le increpó, en su asustaba y rechoncha cara, que sea coherente y haga cumplir la ley. Se les enfrió el espinazo cuando – rojo de ira – lo tuteó gritándole “cuando voy a Palacio no me quieres recibir, te he enviado cuatro memoriales y hasta ahora no contestas”.
Toda esta rabia se fue gestando poco a poco en el alma de Luis, luego de hacer gestiones infructuosas ante las autoridades para derogar el reglamento que contradice a la Ley 28796, dado por Alejandro Toledo. Esta ley reconoce como defensores de la patria a los que participaron en el conflicto armado de la Cordillera del Cóndor. El reglamento en mención, dado en este gobierno, contradice a la ley pues discrimina y reconoce solo a un grupo de oficiales y soldados que estuvieron en una zona de dicha cordillera. Los que no estuvieron ahí sino en otro punto de la frontera no cuentan. Es como si habiendo resguardado nuestra casa, al final solo se premiara a los que cuidaron la sala y no a los que, con igual bravura, cuidaron el patio posterior.
Pero más rabia siente porque la misma ley les otorga como beneficios un nicho gratis, asistencia médica en los hospitales, trato preferencial en las gestiones para obtener vivienda propia, que nunca se cumplen. Por eso Luis, junto a otros, ha recurrido al Poder Judicial para plantear una Acción Popular contra el Estado que maltrata a sus propios héroes. No está en sus planes correr la fatal suerte de los héroes del Cenepa, quienes tienen que demostrar que les falta un brazo o una pierna para que les otorguen un magro beneficio.
Está dispuesto a quemar sus cartuchos hasta en el ámbito internacional y, de ser así, será la primera vez en la historia, que los veteranos de guerra le hagan un juicio a su propio Estado.

Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 19/08/09)

8/12/2009

EN LA ASUNCIÓN SOY FELIZ

Nuestra vida toma sentido cuando la asumimos con fe y cuando formamos parte de un grupo humano en el que nos sentimos satisfechos. Seres humanos sin fe y sin un sentido de pertenencia son seres muy tristes. A esta conclusión he llegado al ser parte de una familia admirable, esa familia que estos días celebra sus Bodas de Oro Institucionales: el Colegio Privado Bilingüe La Asunción, de Trujillo, regentado por la Congregación de las Hermanas Dominicas de la Inmaculada Concepción.
Llegué a este importante colegio recién egresado de la universidad y ─como todo maestro que recién empieza su carrera─ me acompañaban mis temores, ansiedades y sueños. Llegué a mi primer día de clases, en los tiempos en que ─a decir de mi colega Margarita─ era flaco y serio. (¡Cómo si hubiera dejado de serlo!). Ya ustedes saben como es eso del primer día de clases. Pero no lo recuerdo como algo traumático, fue mas bien un día normal donde comprobé que ser maestro es la mejor forma de ser más humano mientras te pagan por leer y compartir lo leído.
Después vendrían los tiempos en que consolidé mi amistad con esta inolvidable familia; los tiempos en que aprendí a estimar a mis alumnas; los tiempos de mi aprendiz oficio de maestro de ceremonias; los tiempos de mis problemas con la correcta pronunciación en inglés; los tiempos de los sabrosos y muy entretenidos agasajos (por cierto, acá subí de peso), los tiempos de la felicidad plena...
En este camino, de casi siete años, he ido aprendiendo cosas que le dan sentido a mi vida. Acá supe de Madre Eduviges Portalet, fundadora de la Congregación, quien nos interpela a “educar con la pedagogía de la ternura”. Claro, esa ternura que ella no la teorizó en un papel, como otros estudiosos, sino en la vida desdichada de aquellos niños ciegos de su Francia natal, a quienes les devolvió la dignidad y la alegría y les regaló la luz que sólo se logra con amor.
Todo esto me hace feliz. Soy feliz porque este prestigioso colegio tiene una rica historia. Soy feliz porque cada religiosa que pasa por él nos deja enseñanzas imborrables. Porque todos compartimos nuestra labor educativa con agrado y ambiente festivo. Porque acá tengo grandes amigos y amigas que son como mi familia. Porque cuando alguien nos necesita ahí estamos para mitigar tristezas con la fuerza de la solidaridad. Porque tenemos el convencimiento de ser un buen colegio, un colegio de verdad. Porque mis alumnas me demuestran que están dispuestas a aportar para hacer de este mundo un lugar donde todos seamos hermanos; porque ellas ahorran sus propinas para (cada dos meses) salir con gusto a comprar libros que luego leen con pasión.
En fin, soy feliz, porque este año mi colegio cumple cincuenta años educando y yo soy parte de esta historia que recién empieza.

Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 12/08/09)

8/05/2009

SOLO EXIGIMOS DIGNIDAD

En mi columna anterior hablé de un amigo profesor que (junto a cientos de profesores) viene trabajando desde el mes de marzo en un colegio estatal trujillano y hasta ahora no le pagan. Según me cuenta la situación es muy crítica y ahora solo les queda aguardar la promesa de que a fin de mes se les haga efectivo sus sueldos. Y esto por la presión ejercida, pues amenazaron con irse a una huelga de hambre, de lo contrario confirmarían el mote que le han puesto a Murgia: “Carrusel”, porque “sólo se mueve para pasear a la gente”.
La verdad que es increíble la situación de estos colegas maestros que tienen la desgracia de trabajar para el ineficiente, burocrático e insensible Estado Peruano. Esto sólo ocurre en el Perú de Alan García. Hay que organizarse y luchar para conseguir justicia. Y si luchas te acusan de terrorista, de “chavista” o de “atentar contra la democracia”.
Aunque esto no debe extrañarnos, porque toda esta ilegalidad está en la línea del APRA, de catalogar al maestro como el profesional más indigno del Perú. Eso de “comechados” cobra una lógica en sus corruptas mentes, pues al único profesional al que se le hace sentir como un mendigo, respecto a su sueldo, es al maestro. Vuelvo a plantear que nunca se le ha visto a un ministro o a un congresista haciendo huelga de hambre para exigir que le paguen su sueldo.
Esta situación sulfura por las implicancias económicas y morales que sufren los maestros. Acaso se han preguntado Alan, Murgia y Rebaza, ¿cómo harán estos maestros para darle de comer a sus hijos?, ¿qué maravillas harán para educarlos?, ¿les puedo exigir que se capaciten y se compren libros si no tienen ni para sus pasajes?, ¿yo podría vivir sin sueldo cinco meses?, ¿para qué sirve el Ministerio de Trabajo?, ¿por qué ese favoritismo de pagar a algunos y a otros no?
Lo que también indigna es el comportamiento de la facción más desaprobada del SUTEP (léase, facción de Gilberto Meza) que, como dirigencia provincial, debió ponerse a la cabeza de la lucha desde un principio y no lo hizo, seguramente porque primó su pensamiento sectario. Recién cuando ha visto que la lucha está dando resultados ha aparecido (como es su costumbre) con sus cinco eternos dirigentes. Loable ha sido el comportamiento del dirigente Brander Alayo. También impacienta el comportamiento poco fraterno de algunos maestros que, como ellos si han cobrado, no se solidarizan con sus compañeros.
Señores del gobierno, basta de esta sistemática campaña de atropello al maestro. Si no son capaces de pagar ni mil soles, no mientan con eso de que con la nueva ley de Carrera Pública Magisterial los maestros van a ganar hasta cinco veces más. Queridos colegas maestros, ya no exijamos sueldos, exijamos DIGNIDAD.

Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 05/08/09)

7/29/2009

INFELICES FIESTAS PATRIAS

He estado escuchando el clásico discurso de Alan García por fiestas patrias y según su verborrea estamos en el país de las maravillas, donde todos vivimos felices. Cómo quisiera que su delirio se hiciera realidad, pues que yo sepa en este Perú, que tanto amamos, cada día aumentan los niños que más que de frío mueren de hambre.
Cuánto hubiese querido decirles a todos ustedes la típica frase “¡Felices fiestas patrias!” pero no puedo hacerlo porque:
- El Perú que crece económicamente es el Perú de los burócratas, de los mafiosos y corruptos. Los pobres escuchan que las cifras económicas aumentan, pero sus bolsillos no sienten ese crecimiento.
- La burocracia de los sueldos dorados sigue en aumento, mientras tengo un amigo, Ronald, que está trabajando desde marzo en un colegio estatal trujillano y hasta ahora no le pagan su sueldo. Igual suerte corren muchos de sus colegas quienes esta semana se declaran en huelga de hambre. ¿Por qué nunca se ha visto a un ministro o un congresista haciendo huelga de hambre exigiendo que le paguen su “mísero” sueldo?
- Algunos medios de comunicación ya están “levantando” la imagen de la hija de un delincuente, poniéndola en los primeros puestos en intención de voto, de unas encuestas que no sabemos a quiénes se las hacen. Y si es que esas encuestas son verdaderas nos estamos condenando a la eterna desgracia de elegir forajidos que roban, mienten y luego son premiados.
- Los mejores hijos del pueblo, aquellos que lucharon o levantaron su voz por un Perú mejor, están en una cárcel nauseabunda o en el exilio. Aquellos que le hicieron tanto daño al Perú se pasean orondos por la calle y si el escándalo es mayúsculo se van a cárceles con agua caliente, gimnasio, platos a la carta y centenares de visitas diarias.
- Hay un nuevo reglamento de tránsito que se supone va a bajar el nivel de accidentes de tránsito, pero hace poco iba con un amigo en una moto y un policía lo intervino, diciéndole “ya no bailo con Grupo 5 sino con Armonía 10, pues ahora las papeletas han subido de precio”; y entonces mi amigo que quería sobornarlo con 5 soles tuvo que desembolsarle 10.
- El panorama de la lectura es aún preocupante pues existen editoriales, medios de comunicación y espacios “culturales”, responsables de que el libro de Magaly Medina haya agotado 30 mil ejemplares y el poeta César Olivares haya vendido 23 ejemplares de su excelente poemario y regalado 567 (aunque él diga lo contrario para darse ánimo). También es preocupante porque los periódicos que más se leen son aquellos de las calatas, los asesinos y los cráneos destrozados.
Perdónenme compatriotas, pero las grandes mayorías del Perú profundo no tienen, desde hace 500 años, nada que celebrar.

Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 29/07/09)

7/22/2009

LARGO TIEMPO EN SILENCIO GIMIÓ

Cuenta don Ricardo Palma, en sus sabrosas “Tradiciones Peruanas”, que en un arranque de entusiasmo, don José de San Martín, exclamó “¡He ahí el himno nacional del Perú!”, cuando don José Bernardo Alcedo, con evidente fervor patriótico, terminaba de ejecutar la música de su obra maestra, en aquel concurso convocado para elegir la “Marcha Nacional del Perú” y en la que participaron siete melodías, de seis maestros de música.
Algunos sostienen que el himno fue cantado por primera vez en público un 23 de setiembre de 1821, otros dicen que el 24. Lo cierto es que la soprano doña Rosa Merino se encargó de otorgarle garganta a la letra creada por el poeta iqueño José de la Torre Ugarte.
Todo himno es el reflejo del sentimiento, la filosofía y los ideales de un grupo humano, enlazado por determinadas circunstancias. Puede ser el himno de un país, el himno de una ciudad, el de un colegio, etc. La letra debe reflejar las más claras aspiraciones de aquel grupo humano.
Me permito discrepar con la letra de la estrofa que cantamos en nuestro himno nacional por las siguientes razones:
- Dice: “Largo tiempo el peruano oprimido / la ominosa cadena arrastró”. Es cierto que estuvo oprimido por el yugo español, sin embargo no arrastró la cadena por largo tiempo, hubo momentos en que intentó romper esa cadena.
- Sigue: “condenado a una cruel servidumbre / largo tiempo en silencio gimió”. Ligándolo con las líneas anteriores diremos que jamás el peruano en silencio gimió. Esta es una afrenta a tantos héroes anónimos y visibles que derramaron su sangre, antes de San Martín y Bolívar, por la ansiada y verdadera independencia. Aceptando esto, Manco Inca, Juan Santos Atahualpa, José Gabriel Condorcanqui (por citar algunos) no cuentan para la historia.
- Cuando sostiene: “Mas apenas el grito sagrado / ¡Libertad! en sus costas se oyó”, se refiere a que la libertad vino andando por la franja costera. Más claro no canta un gallo; nos quiere decir que la libertad vino en los hombros de San Martín o de Bolívar y que sin ellos los peruanos no habrían sido capaces de lograr la independencia. Además es una negación al ande.
- Termina diciendo “la indolencia de esclavo sacude / la humillada cerviz levantó”. Significa que gracias a San Martín pudimos levantar el cogote.
Creo que está bien que amemos nuestros símbolos patrios, pero una cosa es ser patriota y otra dejar de ser crítico a situaciones que comprometen nuestra verdadera historia. Hasta el mismo don Ricardo Palma sostiene que “Mejores versos (…) merecía el magistral y solemne himno de Alcedo. Las estrofas, inspiradas en el patrioterismo que por esos días dominaba, son pobres como pensamiento…”.

Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 22/07/09)

7/15/2009

SOMOS LIBRES, SEÁMOSLO SIEMPRE

Por culpa de esta gripe maldita, muchos oradores no podrán inflar el pecho de emoción disertando, a bronca voz, las hazañas del personaje estrella en estas fiestas rojiblancas: don José de San Martín. Y es que la historia oficial lo presenta como el ilustre patriota que, sin tener nada que ver con el Perú, abandonó su Argentina natal para venir a salvarnos del yugo español.
Soy respetuoso de las acciones positivas de este ilustre personaje; pero también es necesario señalar algunas situaciones que no se dicen o se dicen en voz baja.
En principio, las Corrientes Libertadoras del Sur y del Norte fueron campañas político - militares, organizadas por los criollos de Buenos Aires y Caracas. En aquellos tiempos el Perú era el centro de la reacción española y el objetivo central de San Martín y Bolívar era destruir ese poderío, para asegurar la independencia de sus patrias. A esto se suma el apoyo del capitalismo inglés, que deseaba a toda costa ganar nuevas regiones de influencia económica y política.
Al llegar al Perú, San Martín muestra su verdadero espíritu pues no estuvo de acuerdo con Cochrane, que aprobaba la participación de las guerrillas peruanas en el proceso militar; San Martín, muy por el contrario, buscaba un acuerdo entre criollos y españoles para lograr la independencia sin guerras; se orinaba de miedo ante la posibilidad de que las masas populares rebasen a sus ejércitos y tomen el poder. Le debe haber disgustado que al llegar a los pueblos de Chincha, Pisco, etc., logra el apoyo de los negros, quienes huían de las haciendas. Tampoco le debe haber gustado que Álvarez de Arenales (a quien envía a una campaña a la sierra) derrote al realista O’Reylli con el apoyo decisivo de las montoneras populares.
Cuando La Serna (que había reemplazado a Pezuela) abandona Lima, ante la presión que hacían las montoneras sobre la capital, San Martín ingresó a esta ciudad para proteger a la aristocracia criolla y, luego, con los “notables” del cabildo, acordó la proclamación de la independencia. Ésta se dio en un ambiente festivo con presencia de los peninsulares y aristócratas criollos. Parecía una ceremonia virreynal, solo que en vez del Virrey estaba San Martín. Los indígenas y negros ni de vainas estuvieron presentes en tamaña ceremonia de patillas e insignias.
Para demostrar que el poder sólo había cambiado de unas manos a otras (blancas todas), San Martín fundó la “Sociedad Patriótica”, para difundir los principios de la Monarquía Constitucional; creó la “Orden del Sol”, para reconocer títulos de nobleza y mantener los privilegios de las familias criollas; asimismo dio la “Ley de Vientres”, por la cual se reconoció la libertad a los esclavos nacidos a partir de la independencia; los que habían nacido antes, ¡mala suerte negrito!
Así fueron las cosas, por eso es que la independencia, a pesar que fue, en gran parte, obra de las clases populares, indígenas y negros, no significó un mejoramiento en sus condiciones de vida. Hasta ahora la situación es la misma para ellos… osea para nosotros.

Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 15/07/09)

7/08/2009

ESTA HERMOSA VIDA

La semana que ha pasado ha estado colmada de diversas celebraciones por el día del profesional más ensalzado y golpeado; más reconocido y despreciado; más elogiado y vapuleado: el maestro.
Yo tuve buenos maestros, de ellos aprendí muchas cosas que aplico o trato de aplicar en esas gratificantes sesiones de clase con mis alumnos y alumnas. Tuve mi primer maestro de escuela, Gustavo Guevara, él me enseñó las primeras letras, a borronear mis primeros cuentos; recuerdo sus clases magistrales debajo de los algarrobos, respirando aire puro y piurano. Otro de mis maestros – ya en la secundaria – fue don Matías Cruz Sandoval, quien me enseñó la historia al revés, es decir la historia verdadera, aquella que la ocultan los herederos de Pizarro y Almagro. Otro de mis célebres maestros fue don Máximo Nizama, que para animarme me decía “tú eres pichón de cóndor”, palabras que recordaba cuando se me presentaba alguna dificultad. Otra fue mi maestra Soledad Ortiz, que me enseñó a conocer la verdadera amistad y comprendió mi aversión al inglés.
Ya en la vida universitaria tuve grandes maestros como los hermanos Luis y Gustavo Benites Jara. De ellos aprendí a ser demasiado exigente en el autoaprendizaje: los dos son voraces lectores y hombres de una cultura general asombrosa; también aprendí de ellos a indignarme de las miserias del mundo y luchar por un mejor destino. Lucho educa hasta cuando se reune a tomar una bebida refrescante, Gustavo es un mago de la pedagogía.
En mi naciente vida como profesor tuve también un maestro, el Prof. Ricarte Minchola Vereau. El como hombre de muchos años de experiencia, me supo orientar en el teje y maneje de esta hermosa vida en las aulas. Era extraordinario escucharlo cuando, con una mano en mi hombro, me hacía entender que había fallado y con ejemplos concretos me señalaba el camino a seguir. Nunca escuché palabras de reproche (aún siendo mi superior inmediato), lo suyo era la motivación y el consejo fraternal.
¿Cómo no sentir amor por esta profesión, entonces? ¿Cómo no decir que ser maestro es la máxima profesión a la que debe aspirar un ser humano? ¿Cómo no indignarse frente a la sistemática campaña de desprecio hacia los maestros? ¿Cómo no levantar nuestra voz contra aquellos gobernantes que condenan al maestro a la miseria?
Solo sé que algún día el maestro volverá a ser visto con los ojos limpios de la historia. Algún día se reconocerá su histórico rol de forjar nuevas mentes que derroten la ignominia reinante. Mientras tanto los maestros seguiremos bregando en este mundo incierto porque entendemos perfectamente lo que el amauta Mariátegui decía: “el maestro tiene el mérito en las victorias y la responsabilidad en las derrotas”.

Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 08/07/09)

7/01/2009

PEQUEÑA BIBLIOTECA DE LITERATURA REGIONAL

“¿Cómo les voy a hacer leer libros de autores regionales, si esos libros no existen?”, fue la respuesta que me dio hace poco una profesora, de un famoso colegio de Trujillo, cuando le sugerí exigir a sus alumnos que lean a los autores de la región. La verdad que no me sorprendió esta situación porque la mayoría de profesores sabe poco o no sabe de las posibilidades editoriales que se están abriendo. Esto debido a que con el tema del Plan Lector, algunos colegios han acogido la buena idea de hacer que sus alumnos conozcan la literatura de su región.
La mayoría de maestros no sabe que por las añejas calles de nuestro Trujillo querido, camina pausadamente un hombre que peina abundantes canas, con un ambicioso proyecto en sus hombros. Pocos saben que en su viejo y desgastado maletín carga las muestras de trece hermosos libros. Casi nadie se percata que su vieja casaca negra es testiga de las mil penurias que significa el trabajo con los libros. Pocos saben que su nuevo bigote del “Zorro” es parte de la nueva imagen que le está dando a la industria editorial liberteña.
Este veterano y admirable hombre se llama Alejandro Benavides Roldán, poeta, narrador y responsable de Papel de Viento Editores. Con la sabiduría y la decisión que caracteriza a los hombres de visión amplia e innovadora, ha diseñado el proyecto de publicar 100 libros de literatura regional. Como él mismo lo dice, “estas publicaciones materializan el sueño de ver integradas en una sola colección a las 100 voces más importantes de los últimos 100 años de literatura regional”.
En un trabajo quijotesco de dos años ya va publicando trece títulos, entre los que figuran: “Tradiciones de Trujillo”, de Carlos Camino Calderón; “Imágenes de arena”, de Rafael Mendoza; “Molino de Penca”, de Ángel Gavidia; “Mitos y leyendas de Trujillo”, de Adolfo Alva Lescano; “Cuentos de mi padrino”, de Saniel Lozano; “Los intrusos”, de Gerson Ramírez; “Páginas escogidas”, de Teodoro Rivero Ayllón; “Los padrinazgos de Ricardo Palma”, de Julio Díaz Falconí; “El tío Lino”, de Mario Florián; “Cuentos Completos”, de César Vallejo; “La maldición burlada”, de Marco Antonio Corcuera; “Álbum de Familia”, de José Watanabe y “El herramientario & otros artefactos”, de Manuel Ibañez Rosazza.
Es obvio que siendo el peso principal de esta tarea, la literatura de La Libertad, no faltarán voces importantísimas de todo el norte, pues Papel de Viento entiende por región norte a todo ese histórico conglomerado socio-cultural y económico conformado por La Libertad, Ancash, Cajamarca, Lambayeque, Piura, Tumbes, San Martín y Amazonas.
Estos libros los puede adquirir en la librería INFOLEE (San Martín 455), donde también le asesorarán respecto a cómo contactarse con algunos autores liberteños, quienes están ávidos de tener acercamiento directo con sus lectores, sobre todo los alumnos, a quienes debemos enseñarles a amar su región desde nuestra literatura.

Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 01/07/09)