Este jueves santo cumplo 33 años y en el balance de mi corta vida me enorgullece la lucha contra la genocida dictadura fujimontesinista, al lado de muchos peruanos anónimos. Esta lucha fue ardua y difícil, pero no retrocedimos, convencidos de que no hay mafia que dure cien años. Aún recuerdo a aquellos valerosos estudiantes con quienes bregamos varios años hasta arribar a la histórica Marcha de los Cuatro Suyos. Este juicio ha sido un homenaje a todos ellos y a aquellas madres que derramaron copiosas lágrimas por sus hijos torturados y asesinados.
Toda persona sensata, que recuerde los años del gobierno más corrupto de la historia republicana, sabe perfectamente que Fujimori es culpable de los casos por los que ha sido llevado a juicio y por otros que aún no se han ventilado. Los argumentos que esgrimió el inicuo Nakasaki son un insulto a la inteligencia. ¿Alguien puede creer que Fujimori no ordenaba los crímenes del Grupo Colina? Para más luces, los peruanos deben leer un magnífico libro que fue fundamental para extraditar a Fujimori: “Ojo por ojo” del valiente periodista Umberto Jara.
El hecho de que hayan extraditado al dictador ya es un hito en nuestra historia acostumbrada a la impunidad. Convertir un dictador en reo no es pan de todos los días. Por eso, hoy martes (5 a.m.) en que escribo estas líneas, pienso que si los magistrados aman la justicia, en las próximas horas Fujimori será el primer ex presidente en el mundo condenado por violación de derechos humanos.
Este juicio nos ha demostrado que no es imposible juzgar a un violador de derechos humanos así cuente con la complicidad de pájaros de alto vuelo. Pero también nos ha permitido comprobar que la clase política peruana está hundida hasta el cuello en el fango de la corrupción. De otra forma no se explica cómo el actual gobierno aprista haya estado calladito. Alan que opina de todos los juicios (hasta abogó por Magaly) no dijo ni guau en este proceso. No es casual. Un gobierno decente y sin rabo de paja habría traído esposado a Fujimori como corresponde a un delincuente y lo habría mandado a una cárcel para reos comunes y no al lujoso hotel que le ha construido con el dinero de los peruanos. La alianza aprofunjimontesinista es más que evidente, si no preguntémonos, ¿por qué el gobierno siempre se negó a trasmitir este histórico juicio en el canal del Estado pero sí ha difundido el vergonzoso alegato final de Fujimori? ¿Por qué no se dio el mismo beneficio a las víctimas de Fujimori cuando dieron sus testimonios? Hay que estar alertas porque en el próximo gobierno Alan necesitará votos para bloquear cualquier investigación a los casos de corrupción de su actual gobierno y los fujimoristas se van a provechar de eso para indultar al sátrapa. Mientras tanto exigirán a este gobierno una cárcel dorada para el capo, osea una lujosa hacienda Chicureo a la peruana, porque hasta eso estamos importando de Chile.
Aunque con Alan como aliado de Fujimori se puede esperar cualquier cosa, tengo la esperanza de que la condena a Fujimori sea el inicio de un Perú donde por fin la justicia toque las puertas de los humildes. Por lo pronto el embajador de la muerte sabe que ya está condenado por la historia.
Toda persona sensata, que recuerde los años del gobierno más corrupto de la historia republicana, sabe perfectamente que Fujimori es culpable de los casos por los que ha sido llevado a juicio y por otros que aún no se han ventilado. Los argumentos que esgrimió el inicuo Nakasaki son un insulto a la inteligencia. ¿Alguien puede creer que Fujimori no ordenaba los crímenes del Grupo Colina? Para más luces, los peruanos deben leer un magnífico libro que fue fundamental para extraditar a Fujimori: “Ojo por ojo” del valiente periodista Umberto Jara.
El hecho de que hayan extraditado al dictador ya es un hito en nuestra historia acostumbrada a la impunidad. Convertir un dictador en reo no es pan de todos los días. Por eso, hoy martes (5 a.m.) en que escribo estas líneas, pienso que si los magistrados aman la justicia, en las próximas horas Fujimori será el primer ex presidente en el mundo condenado por violación de derechos humanos.
Este juicio nos ha demostrado que no es imposible juzgar a un violador de derechos humanos así cuente con la complicidad de pájaros de alto vuelo. Pero también nos ha permitido comprobar que la clase política peruana está hundida hasta el cuello en el fango de la corrupción. De otra forma no se explica cómo el actual gobierno aprista haya estado calladito. Alan que opina de todos los juicios (hasta abogó por Magaly) no dijo ni guau en este proceso. No es casual. Un gobierno decente y sin rabo de paja habría traído esposado a Fujimori como corresponde a un delincuente y lo habría mandado a una cárcel para reos comunes y no al lujoso hotel que le ha construido con el dinero de los peruanos. La alianza aprofunjimontesinista es más que evidente, si no preguntémonos, ¿por qué el gobierno siempre se negó a trasmitir este histórico juicio en el canal del Estado pero sí ha difundido el vergonzoso alegato final de Fujimori? ¿Por qué no se dio el mismo beneficio a las víctimas de Fujimori cuando dieron sus testimonios? Hay que estar alertas porque en el próximo gobierno Alan necesitará votos para bloquear cualquier investigación a los casos de corrupción de su actual gobierno y los fujimoristas se van a provechar de eso para indultar al sátrapa. Mientras tanto exigirán a este gobierno una cárcel dorada para el capo, osea una lujosa hacienda Chicureo a la peruana, porque hasta eso estamos importando de Chile.
Aunque con Alan como aliado de Fujimori se puede esperar cualquier cosa, tengo la esperanza de que la condena a Fujimori sea el inicio de un Perú donde por fin la justicia toque las puertas de los humildes. Por lo pronto el embajador de la muerte sabe que ya está condenado por la historia.
Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA". (Trujillo, 08/04/09).
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