Si un adolescente recién egresado del nivel secundario no posee el hábito lector, al ingresar a la Universidad no va a convertirse en voraz lector por arte de magia.
Sabido es que la esencia de la Universidad es la investigación; entonces un estudiante que no lee no va a poder investigar; su investigación se remitira al típico “copia-pega” de internet, sin siquiera poseer la capacidad para seleccionar la información. Imagínense el tipo de profesional que va a egresar.
Por eso me parece importante que la Universidad haga los esfuerzos necesarios para exigir a los estudiantes un promedio de lectura. Solo así se asegurará la capacidad crítica y creativa en los trabajos de investigación y un buen nivel de razonamiento en las opiniones que sustenten. Entonces, de la Universidad ya no egresarán profesores que no leen ni su horóscopo, abogados que no saben aplicar las leyes, ingenieros que no saben expresarse, médicos a los que les resulta difícil entablar conversaciones didácticas con sus pacientes, etc.
En nuestra ciudad tengo conocimiento que la Universidad Privada del Norte (UPN) exige a sus estudiantes leer un libro por ciclo, aparte de sus lecturas obligatorias propias de la profesión a la que aspiran. No he recibido información de otra experiencia similar. Incluso sé que los estudiantes de la UPN están leyendo literatura regional, aparte de la exigencia a realizar visitas al patrimonio cultural de la región, ir al teatro, a presentaciones de libros, a exposiciones de pintura, etc. Me parece que por ahí debe ir la orientación de las Universidades, pues en cuestiones culturales el panorama es desolador. Ni siquiera las autoridades que tienen que ver con el tema van a los eventos culturales. Los jóvenes, ni qué hablar. Soy un convencido de que a los jóvenes, acostumbrados a otro tipo de intereses, sólo se les puede forjar el aprecio por la cultura acercándolos a ella. Si hay que hacerlo cómo una exigencia obligatoria, no nos debe temblar la quijada.
Por otro lado, respecto a la literatura regional, es de vital importancia que la población lea a sus autores, por una cuestión moral y porque ellos van interpretando la evolución de nuestra colectividad; amén de lograr la identidad regional. No entiendo, por ejemplo, cómo se actualiza el responsable del curso de literatura regional de la UNT si nunca se le ve en las presentaciones de libros de nuestros autores regionales. ¿Con qué material desarrolla su curso? Le invito a exigir a sus alumnos que estudien en los libros de la Pequeña Biblioteca de Literatura Regional, editados por Papel de Viento Editores.
Creo que las Universidades deben poner el dedo en la llaga, de esa manera ayudaremos mucho a que nuestra sociedad tenga los profesionales que se merece.
Sabido es que la esencia de la Universidad es la investigación; entonces un estudiante que no lee no va a poder investigar; su investigación se remitira al típico “copia-pega” de internet, sin siquiera poseer la capacidad para seleccionar la información. Imagínense el tipo de profesional que va a egresar.
Por eso me parece importante que la Universidad haga los esfuerzos necesarios para exigir a los estudiantes un promedio de lectura. Solo así se asegurará la capacidad crítica y creativa en los trabajos de investigación y un buen nivel de razonamiento en las opiniones que sustenten. Entonces, de la Universidad ya no egresarán profesores que no leen ni su horóscopo, abogados que no saben aplicar las leyes, ingenieros que no saben expresarse, médicos a los que les resulta difícil entablar conversaciones didácticas con sus pacientes, etc.
En nuestra ciudad tengo conocimiento que la Universidad Privada del Norte (UPN) exige a sus estudiantes leer un libro por ciclo, aparte de sus lecturas obligatorias propias de la profesión a la que aspiran. No he recibido información de otra experiencia similar. Incluso sé que los estudiantes de la UPN están leyendo literatura regional, aparte de la exigencia a realizar visitas al patrimonio cultural de la región, ir al teatro, a presentaciones de libros, a exposiciones de pintura, etc. Me parece que por ahí debe ir la orientación de las Universidades, pues en cuestiones culturales el panorama es desolador. Ni siquiera las autoridades que tienen que ver con el tema van a los eventos culturales. Los jóvenes, ni qué hablar. Soy un convencido de que a los jóvenes, acostumbrados a otro tipo de intereses, sólo se les puede forjar el aprecio por la cultura acercándolos a ella. Si hay que hacerlo cómo una exigencia obligatoria, no nos debe temblar la quijada.
Por otro lado, respecto a la literatura regional, es de vital importancia que la población lea a sus autores, por una cuestión moral y porque ellos van interpretando la evolución de nuestra colectividad; amén de lograr la identidad regional. No entiendo, por ejemplo, cómo se actualiza el responsable del curso de literatura regional de la UNT si nunca se le ve en las presentaciones de libros de nuestros autores regionales. ¿Con qué material desarrolla su curso? Le invito a exigir a sus alumnos que estudien en los libros de la Pequeña Biblioteca de Literatura Regional, editados por Papel de Viento Editores.
Creo que las Universidades deben poner el dedo en la llaga, de esa manera ayudaremos mucho a que nuestra sociedad tenga los profesionales que se merece.
Diario CORREO. Columna “ESTA BOCA ES MÍA”. (Trujillo, 20/05/09)
1 comentario:
Hola Colega mis felicitaciones por vuestro aporte a mejorar la calidad de la Educación.
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