5/08/2009

CARTA A DANTE


Dante:


Fui testigo directo el día que te condenaron. Ahí estuve cuando los jueces mostraron sus fauces inconmovibles para decir “se condena a Dante Cruz Rodríguez a cuatro años de prisión”. Acudí al llamado que hicieron algunos maestros para mostrarte su solidaridad y decirle al gobierno que jamás podrá doblegar la dignidad. Pensé encontrar mucho más maestros, seguramente algunos no fueron porque ya pegó en ellos el miedo que quiere infundir el gobierno; otros por indiferencia y otros porque no comprenden que tu condena es para todos aquellos que exijan sus derechos en voz alta. Me sorprendió ver pocos dirigentes de lo que queda del dividido Sutep “oficial”. No vi, por ejemplo, al revolucionario Gilberto Meza, al que sólo veo protestando cuando se pretende democratizar los entes representativos del magisterio que son manejados por una cúpula eterna; aquel que cuando escucha “un maestro, un voto”, salta hasta el techo, reúne a un minúsculo grupo de incondicionales y sale a rumiar su rabia antidemocrática, seguramente pensando que puede perder la Derrama de los huevos de oro.
Ese día fue increíble que, ante el mar de contradicciones y sin probarte nada, los jueces hayan fallado en contra del derecho a huelga que consagra la mil veces violada Carta Magna. Casi me carcajeo ante la inmaculada sala al escuchar que los policías te persiguieron un kilómetro. Claro, como están bien pagados están tan gordos que se dejan ganar en carreritas por un profesor. Empecé a creer lo que me decían: “el presidente de la sala es aprista”.
Todo el Perú debe saber que eres el primer condenado por salir a protestar pacíficamente. Todo el Perú debe saber que la paliza que te dieron al momento de tu captura está en la línea represiva de la alianza apro-fuji-montesinista. Jamás darían esa misma paliza al corrupto Rómulo León Alegría; tampoco a todos los mafiosos que en vez de Lurigancho van al “hotel para reos primarios” San Jorge, donde viven a cuerpo de rey; tampoco a Montesinos que fue vocero del Apra en el célebre spot “cobardes con la dictadura, valientes con la democracia” y que entregaba miles de dólares a Agustín Mantilla; tampoco al reo Fujimori, pues este gobierno se quitó la careta y no lo trajo enmarrocado de Chile como correspondía a un delincuente y, para colmo, le ha construído una cárcel dorada, digna de un capo. Las golpizas y las torturas son sólo para los luchadores, para los periodistas valientes, para los comuneros del caso Majaz, para los defensores de nuestra selva.
Tienes que seguir exigiendo justicia porque tu condena antes que legal es política. Estás pagando el protestar contra este gobierno ultraderechista y antilaboral; debe ser cierto que estás pagando el haber denunciado la corrupción en la gestión de Ortega Choz. Esto no debe extrañarte porque los seres como tú tienen reservado ese destino. Esta condena asúmela como una medalla del pueblo peruano que con su voz rebelde avanza hacia un mejor destino.

Diario CORREO. Columna "ESTA BOCA ES MÍA". (Trujillo, 11/01/09).

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